«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 22 de febrero de 2015

Jorge Dueñas, seleccionador nacional femenino de balonmano: “El calendario de competiciones condiciona el tiempo que disponemos para entrenar con la selección”

Jorge Dueñas es el actual seleccionador nacional absoluto de balonmano femenino. Con él, la selección española, las guerreras como han sido bautizadas, ha logrado dos medallas de plata en los Campeonatos de Europa de 2008 y 2014, así como una de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Nacido en Bilbao el 16 de octubre de 1964, como jugador, Dueñas pasó por  los equipos Claretianos, Leganés, Iberduero, Caja Madrid, Naranco-Oviedo y Avilés, estos tres últimos dentro de la Liga Asobal, máxima división del balonmano español. Con motivo de la celebración de la Copa de la Reina este pasado fin de semana en Castellón, el seleccionador impartió una conferencia sobre el trabajo defensivo específico de la selección española. En un descanso de la jornada didáctica, sentados en las butacas de las gradas del Pabellón Ciutat de Castelló, desierto a esas horas de la mañana, hablamos durante unos minutos sobre el balonmano femenino, su presente y su futuro.
Jorge, ¿cómo te iniciaste o quién inoculó el “veneno” del balonmano en tu vida?
El balonmano me viene por tradición familiar. Mi hermano fue jugador y entrenador y si a esos antecedentes le unimos el hecho de estudiar en un colegio tan balonmanista como La Salle de Bilbao, la cosa estaba clara.

Como tu hermano, primero fuiste jugador y ahora eres entrenador, ¿tenías claro que tu vida iba a circular ligada al balonmano?
Sabía que estaría ligado al balonmano, porque siempre me gustó mucho y porque al ser profesor de educación física la relación con el deporte iba a ser muy directa.
¿Hay nostalgia de los tiempos de jugador o desde el banquillo el balonmano también resulta atractivo?
Sí, siempre la hay. Entrenar es bonito pero como jugador disfrutas más. No tiene nada que ver una cosa con otra.
Pero, ¿para ser entrenador es imprescindible haber sido antes jugador?
Imprescindible no lo es, pero sí que te aporta un plus, porque conoces muchas vivencias. Saber lo que es la vida de un vestuario y manejar el estrés competitivo ayuda mucho.
Comenzaste entrenando en el Arrate, balonmano masculino, y ahora te desenvuelves con la selección femenina, ¿es muy distinto entrenar a hombres y mujeres?
Las diferencias que hay vienen condicionadas por el factor físico, por la fuerza y por la velocidad. También podemos entender que, a nivel psicológico, puedan existir particularidades en algunas otras cosas, pero creo que en ese aspecto lo más importante es que cada grupo, sean hombres o mujeres, tenga claro el porqué hace balonmano.
Muchos hombres entrenan equipos de mujeres, pero pocas mujeres entrenan equipos de hombres, ¿en tu opinión por qué ocurre esto?
Esa pregunta quizá habría que hacérsela a ellas, pero pienso que en muchos casos, cuando la mujer deja de jugar, se desvincula más del balonmano que el hombre, probablemente porque asume muchas más cargas familiares.
Algo que siempre he tenido claro es que un grupo, integrado por hombres o mujeres, ha de aceptar al jefe, si no algo no va funcionar. ¿Cómo te acogió a ti el grupo de jugadoras que integran la selección femenina española?
Entiendo que me aceptaron bien. Entré con un tono bastante moderado. Tenía claro que había que introducir cambios, pero no de forma drástica sino poco a poco. Y creo que los resultados alcanzados me han ayudado mucho a ser bien aceptado.
Como entrenador, ¿eres autoritario en el sentido de tomar siempre tú las decisiones o dejas participar a las jugadoras en las mismas?
Depende del grupo de jugadoras. Hay equipos con los que hay que asumir un rol más directivo y drástico, pero si sus integrantes te dan más facilidades y ofrecen posibilidades, porque son gente ya muy experta y positiva, pienso que es muy bueno abrir la mano, escuchar sus opiniones y que incluso tomen decisiones.
Había un maestro rumano que decía que defender era un estado mental: o te gusta o no te gusta, ¿opinas tú lo mismo?
Sí, es verdad que muchas veces eso es así. Defender es predisposición, tener ganas y voluntad. Si tú eres capaz de atacar y hacerlo bien, no veo por qué no ha de ocurrir lo mismo en defensa, sobre todo porque destruir es más fácil que construir. En el caso de la mujer, observo que a ellas lo que les motiva es que el entrenamiento sea alegre y dinámico y poder disfrutarlo, independientemente de lo que hagamos. Cuando preparamos una sesión preferentemente defensiva, también hemos de incluir una parte donde trabajemos el ataque.
Desde que se implantaron en balonmano, los tiempos muertos se utilizan frecuentemente para romper el ritmo de los rivales. A mitad de partido, cuando las pulsaciones son muy elevadas, ¿las jugadoras son capaces de abstraerse durante un minuto para recibir instrucciones técnicas?
En un tiempo muerto hay que transmitir pocas cosas, cuatro ideas como mucho, muy directas y concretas, porque es muy difícil comunicar en ese minuto tan corto demasiado contenido. Además hay que entender que las jugadoras, si les suministras mucha información en ese momento, lo único que puedes conseguir es desinformarlas.
¿Se aprende más de las victorias o de las derrotas?
De las derrotas, sin ninguna duda.
¿La Federación Española pone a tu disposición suficientes medios materiales y técnicos para trabajar?
Siempre queremos más. A nivel de selección, el mayor problema que nos encontramos es el exceso de la carga competitiva que impone el calendario y que nos condiciona el tiempo del que vamos a disponer para entrenar y, sobre todo, para recuperar físicamente a las jugadoras. Esa falta de tiempo es lo que más echo de menos.
El hecho de que haya tantas jugadoras españolas participando en ligas extranjeras ¿perjudica o beneficia al equipo nacional?
Buff, ahora creo que es beneficioso que estén en el extranjero. Con las actuales condiciones de trabajo en nuestro país y con los clubs atravesando graves dificultades económicas, que repercuten incluso en la forma de efectuar los desplazamientos, es mejor que jueguen fuera, que participen en ligas competitivas y entrenen a buen nivel. La competición española, en muchos casos, ha descendido en calidad.
En Londres 2012 tocasteis el bronce. Era la primera participación de la selección española bajo tu dirección en unos JJ.OO., ¿qué tiene de especial el balonmano de una olimpiada, respecto al de los mundiales o campeonatos europeos?
Los juegos olímpicos son el mayor acontecimiento mundial deportivo, con enorme repercusión mediática y creo que a las balonmanistas convivir con tantos otros deportistas distintos les proporciona un plus de motivación. Los de Londres fueron mis primeros juegos y, en primer lugar, cumplí el sueño de estar en unos juegos y, en segundo, alcanzar una medalla. Ese bronce nos ha dado más reconocimiento y popularidad en nuestro país.
Noruega ha sido nuestra particular “bestia parda” en las dos grandes oportunidades de alcanzar la gloria absoluta que ha tenido la selección contigo, ¿qué tienen las noruegas que las hace inaccesibles para la selección? 
Las noruegas poseen una infraestructura a nivel de balonmano femenino que no tiene ningún país. Saben que su rendimiento físico es un seguro. Sus jugadoras tienen mucha profesionalidad y buenos medios para trabajar. Cuando comienza una concentración con su selección, ellas no han de preocuparse por el apartado físico, porque están trabajando todo el año este aspecto. Es su cultura. En un campeonato como un mundial o un europeo, donde se juegan muchos partidos en pocos días, mientras las demás selecciones van bajando su nivel físico, ellas lo mantienen e incluso pueden incrementar su ritmo de juego.
A la selección española, ¿le queda mucho tiempo de seguir acariciando metales? ¿El relevo generacional del plantel actual está garantizado?
Estamos en una situación difícil. Creo que el final del ciclo de Río de Janeiro puede ser muy complicado. Lo que está ocurriendo con nuestra liga y la dedicación que tienen actualmente las jugadoras, que no son profesionales y no pueden entrenar mañana y tarde, supone un problema añadido. A medio plazo nos mantendremos más o menos al mismo nivel, pero a partir de ahí la dificultad será máxima. Estamos tratando de preparar un plan especial para incrementar el volumen de carga de las jugadoras. Nuestro objetivo es acumular horas con trabajo de calidad. Si no lo conseguimos podemos atravesar un duro bache.
¿Cuál es el próximo compromiso internacional a nivel de selección?
En marzo tenemos una semana de entrenamientos y nos jugaremos la clasificación para el mundial en el mes de junio contra Eslovaquia a doble partido, primero en España. Si nos clasificamos, lo siguiente sería participar en el mundial durante el próximo mes de diciembre en Dinamarca.
Y la última por hoy: ¿algún día dispondremos de un par de tiradoras de 9 metros que abran defensas y permitan manejarse con mayor libertad a nuestras pivotes?
Siempre estamos un poco con esa obsesión. Creo que sería bueno, porque podríamos compaginar un poco el juego. Disponer de una zurda también nos proporcionaría nuevas opciones en ataque, pero si jugáramos de otra forma tal vez perderíamos la filosofía de nuestro modo actual de competir. Sería bueno tener lanzamiento exterior pero sin perder nuestras maneras, que hacen mucho daño a los rivales. Tenemos una forma de ser que nos impide ver que en otros países nos envidian. Jugando como lo hacemos ahora también somos capaces de obtener buenos resultados.

Herme Cerezo/Diario SIGLO XXI, 22/02/2015
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