Nº 504.- La escritora María Pérez Heredia acudió al Colmado Rivera de Valencia a
primera hora de la tarde de un día de febrero. El objetivo de nuestro encuentro
era hablar de su segunda novela publicada, ‘Starman’, la historia, contada en
quinientos días, del vertiginoso ascenso de Clay Cassady, un camarero que
trabaja en una cafetería de Los Ángeles y que, descubierto por el agente
Salomon Stanley, de la noche a la mañana se convierte en la más brillante
estrella de Hollywood. ‘Starman’ habla sobre la fama, el vacío y la capacidad
de gestionar el éxito. Arropados por un murmullo de cafetera exprés, platos
vacíos, desfile de camareros y la sintonía de ‘Pam Pam Americano’, canción
recurrente y sobada, comenzamos nuestra conversación.
María, ¿qué significa
escribir para ti?
Escribir lo significa todo para mí. Es mi manera de
expresarme, lo que sé hacer.
Estás estudiando Filología
Hispánica, ¿de dónde sacas el tiempo para tus novelas?
Afortunadamente tengo un buen horario en la facultad y no me
veo obligada a madrugar, así que escribo por las noches.
Para una mujer tan joven como tú, ¿la literatura es una salida más, una ayuda para afrontar un futuro
que se puede intuir incierto?
Escribir es LA SALIDA. Estudio la carrera por si la escritura
no me funciona como yo quiero que lo haga. No es que desprecie la formación
universitaria ni mucho menos, pero lo que yo quiero es escribir.
En alguna entrevista
has citado escritores coetáneos, cuyas lecturas frecuentas, ¿sientes que
perteneces a alguna generación de escritores?
Sí que tengo ese sentimiento. En poesía esa nueva generación
ya ha empezado a dar frutos, pero en la novela todavía no y estoy deseando que
lo haga.
Tu carrera es óptima:
tras publicar una novela en una editorial pequeña, ahora das un salto
cualitativo importante y fichas por Reservoir Books de Penguin Random House.
Hay mucha diferencia. En una editorial tan grande como ésta,
tú sólo tienes que dejarte llevar. Ellos se encargan de concertarte las
entrevistas, de llevarte y traerte. Y te acostumbras a funcionar en equipo con
distintos departamentos: diseño, marketing, prensa… Además he tenido la enorme
suerte de que, a pesar de ser grande, he trabajado mano a mano con un editor y
he sentido la misma cercanía que si se tratase de una editorial más pequeña.
Dos libros publicados,
dos novelas, ¿no te tienta el género corto, los cuentos?
Aunque he publicado algunos cuentos, el género corto me
cuesta mucho. Es una inseguridad mía y no me siento cómoda. Cuando tengo una
idea utilizo la novela, porque me permite un mayor desarrollo de los
personajes, que es lo que creo que me va bien a mí. Me gustaría mucho escribir
un libro de relatos, pero por ahora no me veo capaz.
Presentas ahora
‘Starman’, tu segunda novela, en tu caso ¿eso del terror al folio en blanco es
mito o realidad?
En mi caso es totalmente cierto. Escribí mi primera novela con
mucha rapidez, casi sin pensar, sin ningún tipo de exigencia y luego estuve un
año sin escribir. Todo lo que hacía iba a la basura. Es muy difícil construir
una segunda novela, espero que la tercera me resulte más sencilla, porque en
este momento me encuentro llena de ideas.
Sí, es un poco la historia y el rayo de David Bowie y también
la rotura de Clay Cassady, el protagonista de mi novela. Al verla por primera
vez me puse muy contenta, porque observé que habían captado en la portada lo
que yo quería transmitir con mi texto.
Y ¿cómo surgió la idea
para escribirla?
Nació de una anécdota del jugador de la NBA Lamar Odom,
casado con Khloé Kardashian, que un día dejó de trabajar, se marchó y
desapareció del mapa. Se dijo que estaba en muchos sitios a la vez, pero
finalmente apareció en estado de coma y hecho polvo en un hotel de Las Vegas.
Me pregunté por qué alguien tan famoso había huido y no había sido capaz de
asumir el éxito. Bajo esas premisas me puse a escribir.
¿Es muy difícil
manejarse en la fama?
Eso no lo sé, porque no soy famosa.
Ya, pero te has
introducido en la piel de un tipo famoso.
Sí, lo he hecho y creo que eso es lo que ha de hacer un
escritor: introducirse en la piel de alguien al que no se parece en nada. Creo
que resulta muy difícil manejarse en la fama, gestionarla y distinguir bien los
límites, sabiendo que lo que se vive no tiene nada que ver con la realidad, que
es otra cosa.
¿Y cómo es Clay
Cassady, tu protagonista? ¿Tenías alguna referencia visual en tu mente cuando
lo creaste?
No me fijé en nadie en concreto, aunque sí me inspiré en el
tipo de actor que era James Dean, alguien que parecía natural al actuar, que
era todo carisma y magnetismo, con un pequeño toque misterioso y terrible a la
vez. Es decir, no me llamó la atención su figura sino su estética. En su vida
personal no se parecían mucho porque el pobre Dean tuvo una infancia muy desgraciada,
algo que no le ocurre a Clay.
¿A las estrellas las
crean los agentes como el Salomon Stanley que aparece en tu novela?
Creo que sí. Los agentes de artistas son los que de verdad
manejan el cotarro. En Hollywood hay unos cuantos que hacen lo que les da la
gana, son los auténticos reyes.
Has ubicado ‘Starman’
en EE.UU., ¿esta historia hubiera funcionado igual de bien en cualquier otro
lugar?
No, creo que no. Una vez que tenía la idea, pensé que podía
ambientarla en el mundo del fútbol o del cine y me decanté por el cine porque
el fútbol no me gusta. Luego desestimé el cine español, porque es un mundo más
cerrado y pequeño. Por eso me fui a Hollywood y elegí un chico como
protagonista, porque hay muchas chicas que, siendo muy jóvenes, ganaron un
óscar.
En la novela, la acción
se mueve hacia delante y hacia atrás, ¿por qué?
Bueno, cuando empecé a escribirla salió así. En realidad es
una forma de recrear el modo desordenado en que los recuerdos acuden a nuestra
mente. Nosotros no pensamos ordenadamente.
Los capítulos están
numerados pero aparecen salteados, ¿es conveniente ordenarlos para comprender
mejor el texto?
Mira, al principio pensé en ordenar los capítulos por número
yo misma, pero luego me di cuenta de que así la novela ganaba sentido. Por
tanto, no propongo otro orden de lectura que el que presento en el libro.
O sea, que el lector ha
de trabajar un poco para armar este «puzle».
Bueno, creo que el lector ha de mostrarse activo, al menos en
el tipo de literatura al que yo aspiro. También para leer un clásico como ‘Ana
Karenina’ ha de poner algo de su parte. De todos modos no creo que cueste mucho
leer la novela, es una lectura fácil.
Si la escritura fluyó
por sí sola, en tu caso de seguir un guión nada, ¿no?
Al revés, todo lo contrario. Aunque suene un poco raro, he
necesitado mucho guión pero a posteriori. Tenía el principio y el final y
escribía el resto como me apetecía. Esa forma de escritura es la manera en la
que el lector va leyendo la novela y, para que todo fuera congruente y los acontecimientos
guardaran un cierto orden, llevaba un guión.
Me gusta mucho la primera persona y me siento muy cómoda en
ella. Además me parecía muy interesante sumergirme en una voz nueva, porque eso
significaba cederle todo el peso al narrador, con un punto de vista muy
subjetivo. Cuando es otro el personaje que habla, nos damos cuenta de que las
cosas no las ven igual unos y otros.
El ritmo narrativo es
rápido, le das poca tregua al lector, ¿querías hacerlo así?
Sí, justamente pretendía eso. No quiero que al lector le
cueste pasar cada página, me interesa un estilo fluido y que lea la novela todo
lo aprisa que le permitan su cuerpo y sus dolores de cabeza, aunque después se
ponga a reflexionar sobre lo que ha leído.
La última por hoy:
aunque antes has comentado algo, ¿bulle ya algún nuevo proyecto literario en tu
mente?
Sí, estoy explorando una idea que creo que será el origen de
mi tercera novela. Estoy entusiasmada con ello porque, como te decía al principio
de la entrevista, tras esta segunda novela no he sufrido ninguna crisis y estoy
muy inspirada.
SOBRE MARÍA PÉREZ HEREDIA
María Pérez Heredia (Zaragoza, 1994) es estudiante de Filología Hispánica y publicó su primera novela, ‘Esos días raros de lluvia’, en el año 2013. También ha publicado cuentos y artículos de crítica literaria. ‘Starman’, editada por Reservoir Books, es su segunda novela.