Nº 511.- Amenaza lluvia en la Fira
del Llibre de València cuando Xavier Bosch y quien suscribe comenzamos nuestra
conversación en la cafetería del recinto ferial. Es viernes, primera hora de la
tarde. Las casetas recién terminan de abrir al público, todavía escaso, los
escaparates repletos con los últimos éxitos literarios. Los libreros miran,
recelosos, el cielo gris aunque luminoso. Es casi una tradición que llueva en
la Fira. Poco o mucho. Todos los años lo hace. Xavier viene de Barcelona. En
Sant Jordi, ha sido el escritor que más libros ha vendido en lengua catalana. Algo
que no es nuevo para él. Afortunadamente. En esta ocasión lo ha conseguido con
su última novela ‘Nosaltres dos’ (‘Nosotros dos’), publicada por Columna, la
historia de Kim y Laura, dos amigos que se conocen desde la Universidad: él
hijo de un hotelero del Paseo de Gracia de Barcelona; ella una chica sencilla e
idealista de Banyoles. Su relación se extenderá a lo largo de treinta años y
permite a Bosch interrogarse sobre la eterna pregunta de si es posible, o no,
la amistad entre un hombre y una mujer sin llegar a nada más. ‘Nosaltres dos’
está dedicada a Francesc Garriga Barata, escritor y poeta, con el que el autor
barcelonés mantuvo una gran relación de amistad hasta el momento de su muerte.
Xavier,
eres periodista, has sido director de programas televisivos y un día decidiste
dar el salto a la literatura, a la ficción, ¿por qué?
La literatura ofrece la
posibilidad de trabajar solo, de no depender de un director, ni de tener ningún
equipo de colaboradores bajo tu responsabilidad. Cuando eres periodista tienes
la obligación y el compromiso de explicar a tus conciudadanos todo lo que
sucede, la realidad diaria. En cambio la ficción significa la libertad absoluta
y eso no tiene precio.
Fuiste el escritor en lengua catalana con más libros vendidos en el pasado Sant
Jordi, enhorabuena por ello.
Francamente es una
satisfacción grande, porque ves que la confianza de los lectores y lectoras no
es una casualidad. Es la prueba de que te leen una novela tras y otra y de que
les gusta lo que escribes. De alguna manera, cada vez que esto sucede es como
si compraras su voluntad para que repitan el gesto y compren tu siguiente
novela.
Te
iniciaste en la literatura en el terreno del thriller, con las investigaciones del periodista Dani Santana, ¿te
mueves igual de cómodo en cualquier territorio literario?
Sí, me da igual. El thriller periodístico, a medio camino
del reportaje novelado, de mis tres primeras novelas me sirvió para darme a
conocer como autor. Cuando dejé el diario Avui me fui a casa. Me hervía la
sangre y me puse a escribir una historia sobre cómo el poder y el periodismo a
menudo son dos esquinas de un mismo mundo. Con todo lo que había visto y vivido
en despachos de poder, que no me había gustado mucho, me monté una historia ficcionada
que funcionó muy bien y el propio editor me pidió que escribiera dos novelas
más con el mismo protagonista, Dani Santana. Después ocurrió que me di cuenta
de que aquellas novelas me encasillaban en un solo género y quise demostrarme a
mí mismo que también era capaz de escribir otro tipo de historias. Así gané el
Ramon Llull con ‘Algú como tu’ (‘Alguien como tú’), una novela de sentimientos,
y llegué a un público más femenino, más intergeneracional. Luego vi que el
mundo de los sentimientos y de las sensaciones guardaba otros aspectos y decidí
seguir por ese camino. Y aquí está ‘Nosaltres dos’.
Toda
novela tiene siempre una imagen o una frase que desencadena su escritura, en
‘Nosaltres dos’ ¿cuál ha sido esa frase o esa imagen?
La frase comercial sobre si
es posible la amistad entre un hombre y una mujer, que ha utilizado la
editorial, ha hecho que mucha gente se acerque al libro por ese motivo. Buena
parte del peso de la promoción va por ahí. Y no cabe duda de que se trata de
una pregunta milenaria, que todos nos hemos formulado alguna vez. Pero la cita
de Heráclito que aparece al comienzo, «Nunca nos bañamos dos veces en el mismo
río», para mí es la clave que explica la escritura de la novela. ‘Nosaltres
dos’ habla de la amistad, sí, pero ante todo del paso del tiempo. No nos
podemos bañar nunca en el mismo río dos veces. Todo ha cambiado. El lugar, el
agua que ha pasado de camino hacia el mar es diferente. Nosotros también hemos
cambiado, nuestras circunstancias personales han variado y ya no somos los
mismos de la primera vez.
Es la manera más cómoda de
contar una novela. Si utilizas la primera persona, al final se convierte en una
tenaza para el escritor, porque el lector solo puede saber lo que dice, piensa
y escribe el narrador, mientras que la voz omnisciente, la tercera persona, me
permite colocar el foco narrativo en el punto que más me conviene para
conseguir mis propósitos.
‘Nosaltres
dos’ está dedicada a tu amigo Francesc Garriga Barata, que falleció hace
tiempo, desde este punto de vista, ¿la novela tiene un valor terapéutico para
ti?
Sí, de hecho comencé a
escribirla a partir del momento de su muerte. Francesc era un poeta al que veía
cada día durante treinta y cuatro años. Él no tenía hijos y yo lo cuidé hasta
última hora. Veinticuatro horas antes de su muerte me telefonearon para
anunciármela Y poco después recibí la noticia de que había ganado el Ramon
Llull. Al día siguiente, a las ocho de la mañana fui a verlo, le comuniqué que
me habían concedido el premio y se puso contento. Nos abrazamos y, más tarde,
murió. Ésa fue la última noticia que recibió de este mundo. La desesperación de
su ausencia y la rabia que sentía hicieron que me plantease escribir sobre la
amistad y lo hice para sacarme de dentro esos traumas y fantasmas que todos
arrastramos.
Sin
excepción, todas las muertes son duras, pero ésta me parece especialmente
cruel.
Fue el momento más extraño
de mi vida. Estaba cenando en un restaurante y me llaman para anunciarme la
muerte de Francesc. Cinco minutos después me telefonean para decirme que he
ganado el Premio. En aquel momento, desde luego, no estaba ni para premios, ni
para nada.
Buena
parte de ‘Nosaltres dos’ se desarrolla en el l'Hotel Rafaeli de Barcelona. Los
hoteles siempre me han parecido un microcosmos.
Es que lo son.
¿Por
eso escogiste el Rafaeli como uno de los escenarios principales de la novela?
El hotel me permite describir
cómo se gestiona un negocio de este tipo a través de un modelo de empresa
familiar, por el que pasan el abuelo, el hijo y el nieto. Es el método que he
escogido para explicar el paso del tiempo. Por eso vemos cómo cambian las tarifas,
la seguridad o el sistema de llaves de las habitaciones. Kim, el protagonista,
lucha para evitar que el Rafaeli se convierta en una franquicia, porque todos
los establecimientos de una cadena hotelera son iguales. Además, su ubicación
en el Passeig de Gràcia me permite hablar de esta vía principal de Barcelona
y de lo mucho que ha cambiado a lo largo
de los años.
En
el Rafaeli tropezamos con una singular panoplia de personajes secundarios: el
botones, las mujeres de la limpieza, el recepcionista, etcétera, que dibujan el
escenario. Tú sacas a colación la seguridad en estos establecimientos, ¿para un
hotel la presencia de ladrones es como una plaga?
Sí, justamente es eso y
tratan de disimularlo. Al día de hoy, lo que está de moda es distraer el móvil
o la cartera de los clientes en los bufés. Las direcciones de los hoteles
tratan de contrarrestar su presencia colocando falsos comensales que, en
verdad, son guardas de seguridad camuflados.
Acabas
de citar el Passeig de Gràcia, ¿qué significa esta calle para Barcelona?
Hoy por hoy, Passeig de
Gràcia es una calle glamurosa, potente y orgullosa por la que pasan más de
veintiséis mil personas cada día, lo que la convierte en la número uno de la Península
Ibérica en afluencia de visitantes. El veinticinco por ciento del free tax de toda España y el sesenta por
ciento del de Catalunya salen de ahí, y corresponde a la gente que compra y se
ahorra pagar impuestos como el IVA.
Barcelona
sí que tiene quien le escribe, aunque frecuentemente es el escenario de muchas
novelas negras. En ‘Nosaltres dos’ no ocurre lo mismo, hablas de otra ciudad.
Me gusta mucho Barcelona, «l’estimo»
(la quiero). Desde mil novecientos noventa y dos ha cambiado enormemente, más
que nunca. Las transformaciones que hubiera tenido que experimentar a lo largo
de un siglo las ha vivido en treinta años. Antes de la nominación olímpica,
teníamos una ciudad poco atractiva, de baja autoestima, cerrada al mar, incluso
sucia y ahora es limpia, mira al mar, sonríe, es luminosa, limpia. Mis editores
extranjeros se quedan maravillados cada vez que la visitan. Si un escritor
utiliza un escenario agradable para contar historias duras, como hizo Woody
Allen con el barrio de Manhattan, parece que no lo son tanto. Y eso es un poco
lo que ocurre aquí.
‘Nosaltres
dos está dividida en tres partes, en la tercera, Kim tiene cincuenta años, los
mismos que cumplirás tú dentro de poco, ¿qué tenéis en común tú y él?
Mi mujer dice que de todos
mis personajes Kim es el que tiene más cosas mías. Él folla o ha follado más
que yo [risas], pero igual que él, desde hace más de treinta y cinco años yo también
juego cada martes al tenis con mis amigos. Ese día es sagrado para mí y no
acepto reuniones en mi agenda.
Cincuenta
años es buena edad para hacer balance, pero ¿hay que mirar hacia delante o
hacia atrás?
A los dos lados, atrás y
adelante, pero con la certeza de que te queda menos trozo de vida del que ya
has caminado. Has de partir desde el planteamiento de que no hay nada que
perder, ni en el ámbito personal ni en el de los sentimientos. Es el momento de
saber cómo funciona el gepese de la existencia, de tomarte las cosas de otro
modo y de mantener una mirada inteligente sobre nuestra vida.
Londres
es otra ciudad que aparece en ‘Nosaltres dos’, ¿qué significa la capital
inglesa para Xavier Bosch?
Para mí es la ciudad más
bonita del mundo que, como digo en la novela huele a curry e historia, con unos parques en
medio del entramado urbano que te permiten introducir una bola de oxígeno en tu
propia vida. Es una ciudad que compartí con Garriga y que conozco muy bien.
A
lo largo del tiempo de la novela, ¿hay algún interés por tu parte de contar la
historia de Catalunya o del estado español en este periodo o sólo se trata del
telón de fondo?
No es más que un escenario,
igual que Barcelona. Me considero un autor normal que vive en un país normal.
No intento salvar ni la lengua catalana ni la patria, sólo intento escribir las
novelas que me gustaría leer.
Durante
el proceso creativo, cada novela supone un aprendizaje y suele dejar poso en su
autor, ¿qué poso te queda a ti tras escribir ‘Nosaltres dos’?
A mí me ha servido como un
viaje interior, no sólo para hablar de Kim y Laura, sino sobre todo para
interrogarme sobre esas cosas que guardas muy dentro, en el alma, y que a
menudo no te cuestionas. Por lo visto hay muchos lectores a los que les ha
ocurrido lo mismo y, cuando un libro se convierte en una suerte de contraseña
de vida, y el lector lo hace suyo porque cree que están hablando de él, significa
que he encontrado la llave para entrar en su mundo.
La
última por hoy no tiene nada que ver con la literatura, sino con tu condición
de culé: si el Barça gana la Liga, ¿será por méritos propios o porque la
perderá el Madrid?
Esta liga solo la puede
perder el Madrid, que ya la ha tenido ganada dos veces. Quizá la haya celebrada
un poco precipitadamente, pero desde luego si pincha, el Barça ganará los
cuatro partidos que quedan.
Herme Cerezo/Diario SIGLO XXI, 07/05/2017
SOBRE XAVIER BOSCH
Xavier Bosch (Barcelona,
1967) es el autor de una trilogía de novelas, ‘Se sabrà tot’ (‘Se sabrá todo’, Premio
Sant Jordi 2009), ‘Homes d’honor’ (Hombres de honor) y ‘Eufòria’, protagonizada
por Dani Santana, un periodista investigador. Anteriormente ya había escrito
recopilaciones de cuentos como ‘Jo, el simolses’ i ‘Vicis domèstics’ (‘Vicios
domésticos), así como la novela juvenil ‘La màgia dels reis’ (‘La magia de los
reyes’). En 2015 ganó el Premio Ramon Llull con su novela ‘Algú como tu’
(‘Alguien como tú’). Periodista de larga trayectoria, creó varios formatos
audiovisuales como ‘Alguna Pregunta Més’, ‘El món a RAC 1’ o ‘El gran dictat’.
Fue jefe de programas de RAC 1, director del periódico Avui, del documental ‘La
fleur’ y de los programas ‘Un tomb per la vida’, ‘Aquest any, cent!’ y ‘Àgora’
de TV3. Articulista de Mundo Deportivo, actualmente es miembro del consejo
editorial de ‘Ara’.