Junto con su
equipo Handbol Canyamelar València, la jugadora de balonmano Sheila Segura Grau
(Valencia, 1993) se proclamó el pasado sábado 29 de agosto, campeona de la Copa
Generalitat Valenciana, edición 2015-2016, tras vencer al Elche C.F. Mustang
por 21 a 18, en la final celebrada en el Pabellón Internúcleos de Puerto de
Sagunto, donde, además, fue elegida como la MVP
de su equipo durante el partido. Fácilmente reconocible en la pista por su moño
enhiesto y las rodilleras caídas hasta los tobillos, Sheila conversó conmigo
durante unos minutos justo al finalizar el último entrenamiento previo a la
final. La cita tuvo lugar en la grada más alta del Pabellón Municipal de
Benetússer, mientras el sol, aburrido, comenzaba su retirada diaria. La charla,
que fue amena, divertida por momentos e interesante, reveló una personalidad
muy diferente de la que se observa semana a semana desde los graderíos de las
canchas de balonmano: risueña y reflexiva, fuera; de fuerte carácter y
personalidad dentro. Con las cosas de comer no se juega. El balonmano para
Sheila es casi un precepto, una religión, un modo de vida.
LA ETAPA DE FORMACIÓN
Se inició en el
balonmano dentro de las alevines del Colegio Eres Altes de Ribarroja «con un preparador que se llama José Luis
Cerdá, que más tarde me llevó al Cementos La Unión de Ribarroja, donde comenzó
a entrenarme Salva Tos. En ese centro permanecí hasta que fui juvenil de
segundo año». Su incorporación al deporte del cuarenta por veinte fue fruto
de la casualidad. «Dentro de las
actividades extraescolares que hacíamos de pequeñas, mi prima decidió apuntarse
al balonmano. Así que para que ella no fuera sola a los entrenamientos opté por
inscribirme yo también. A la temporada siguiente mi prima no continuó, pero yo
sí lo hice hasta el día de hoy». Su familia vio con buenos ojos y la dieron
su apoyo para que se dedicase al balonmano, un deporte del que Sheila ya no
podría prescindir porque para ella «el
balonmano lo es todo, mi vida entera gira a su alrededor». Además de los
dos técnicos ya citados, otros entrenadores le inculcaron sus conocimientos durante
el proceso de formación de la jugadora valenciana. «Cada uno ha aportado su granito de arena en mi carrera y no puedo
olvidar a Silvia del Olmo, Alfonso Adánez o Jenaro Félix, que me convocó para
las selecciones españolas de las categorías inferiores. En Elda, con José
Ignacio Prades aprendí bastante sobre el trabajo específico del puesto de
extremo. También entrené, aunque durante poco tiempo, con Ángel Sandoval y ahora
llevo tres años con Susana Pareja, que me ha enseñado muchas cosas».
Handbol Canyamelar València, campeón Copa Generalitat 2014-2015 |
EL ROL EN LA PISTA
Sheila Segura desarrolla
su juego en dos posiciones: la de central y la de extremo. «Me da igual donde me pongan, el caso es jugar.
De pequeña, comencé en el centro hasta que en la selección Jenaro Félix me
colocó en la izquierda como extremo, un lugar donde también me encuentro cómoda». El extremo es uno de
los puestos de la denominada segunda línea que exige de las jugadoras unas cualidades
bien concretas. «Las características más
importantes que ha de reunir una extremo son la velocidad y la explosividad, a las que hay que
añadir una buena calidad de lanzamiento. Cuando entras a lanzar, has de escoger
el ángulo más adecuado y superar a la portera que, en el fondo, es la que
manda, la que ofrece los huecos para que tires. Hay que conseguir un equilibrio
entre lo que ella “te da” y lo que tú buscas». Aunque afirma no haberse
fijado ninguna jugadora para que le sirva de modelo, Sheila tiene sus
preferencias. «Realmente no me he detenido
nunca a observar una jugadora que me guste porque siempre he ido a la mía. Pero
Anita Görbicz, que juega en el Györi y en la Selección Húngara, que alterna los
puestos de extremo y central como yo, que me parece una auténtica maravilla».
Pero el balonmano se construye no solo con ataque, la defensa es
fundamental en el desarrollo del juego. Hace muchos años, el maestro rumano
Nicolae Nedeff explicaba que defender era un estado mental y que no importaba
el sistema utilizado. Defendía bien el jugador al que le gustaba hacerlo. «Todos los entrenadores que he tenido me han
dicho que soy indisciplinada para defender, – señala Sheila – y no es mentira porque a mí me gusta mucho
más atacar, soy casi eso que llaman una especialista en ataque. Sin embargo,
cuando juego de extremo defiendo en el último lugar de la parte izquierda y
creo que no lo hago mal del todo». Y también juega un papel importante el
control del momento del partido. No perder la concentración ni los nervios ante
cualquier contratiempo resulta indispensable para cualquier jugadora de
balonmano. «Se aprende a controlar la
cabeza poco a poco. De pequeña me resultaba muy difícil dominar mi carácter y
después del partido, cuando lo pensaba, me daba mucha rabia porque no podía
evitarlo. Sin embargo, desde que empecé a entrenar con Susana Pareja en el
Canyamelar y quizá también por la edad, creo que mi temperamento se ha
suavizado un poco. Este aspecto también se puede mejorar con trabajo».
CURRICULUM DEPORTIVO
Habíamos aparcado
la trayectoria de Sheila Segura en su etapa juvenil. Aunque en competición
europea se estrenó con el Cementos La Unión a la edad de quince años, porque la
reglamentación continental lo permitía, por idéntico motivo en la Liga Española
lo hizo doce meses después. “Gregorio
García y Salva Tos fueron quienes me hicieron debutar a los dieciséis años.
Recuerdo mi debut como unos momentos de muchos nervios en los que se mezclaba
el propósito de no cometer fallos con el hecho de ver cumplida mi gran ilusión
de jugar en la División de Honor». Pero el sueño del balonmano femenino de primer
nivel en Ribarroja se esfumó en 2010. Cementos La Unión dejó de patrocinar al
club, que no era otro que el histórico Amadeo Tortajada que, roto en mil
pedazos por problemas económicos, se deshizo y cedió sus derechos al C. Bm.
Ribarroja, que solo pudo aguantar una temporada en la máxima categoría del
balonmano femenino español. La diáspora de jugadoras fue total y Sheila fichó
por el C.Bm. Elda Prestigio. «A Elda me marché muy joven, con diecisiete
años, pero no dudé en hacerlo porque me gusta asumir retos nuevos. Allí aprendí
a alejarme de mis padres y a convivir con el resto de compañeras. Fue una
experiencia estupenda».
Pero la realidad es que, tras dos temporadas, el equipo eldense también
desapareció, otra prueba más del penoso momento económico que atraviesan en
nuestro país los clubs de balonmano en general y del balonmano femenino en
particular. «Regresé a Valencia porque me
llamaron del Handbol Canyamelar. Me resultó muy sencillo tomar la decisión de
volver porque aquí lo tenía todo: un equipo para jugar, los amigos, la familia…».
Sin embargo, a la jugadora valenciana le encantaría repetir la experiencia de
jugar fuera de su tierra, especialmente en el extranjero, aunque reconoce que no
tiene preferencias. «La liga más bonita
de jugar es la francesa. Según me cuentan algunas jugadoras que conozco, allí
lo tienen todo muy bien regulado: permisos, licencias, contratos… Creo que es
la competición más seria y hay mucho control porque se maneja bastante dinero.
Las ligas nórdicas también son interesantes, pero ignoro cómo funcionan a nivel
de papeleo». La realidad es que en España, jugadoras de balonmano que vivan
actualmente de su profesión no hay muchas. «No
vivo del balonmano. En España, las jugadoras profesionales de balonmano solo
tenemos la categoría. Hay muy pocas que viven exclusivamente de nuestro deporte,
a lo sumo veinte o treinta, no más, y eso sin permitirse lujos ni caprichos. En
el extranjero puedes hacerlo y ahorrar algo de dinero. Ojalá pueda salir fuera
para comprobarlo». Actualmente, Sheila Segura compagina balonmano con
estudios. «Acabo de terminar TAFAD, que
es el grado superior de Educación Física y este año me voy a matricular para
estudiar IVEF. Quiero que el balonmano siga ostentando en el futuro el mismo
lugar que ocupa actualmente en mi vida. Si el balonmano va bien, también va
bien lo demás».
LA SELECCIÓN ESPAÑOLA
ABSOLUTA
Sheila ha
formado parte de todas las selecciones absolutas de la Comunidad Valenciana
desde la categoría infantil. Se proclamó campeona de España en el mes de enero
del año 2010 en Zaragoza con la selección juvenil, dirigida por Sagrario
Santana. Sin embargo, su asignatura pendiente sigue siendo el debut con la
Selección Española absoluta. «Con Jenaro
Félix he formado parte de la Selección Española juvenil, junior y promesas y he
participado en el Mundial Juvenil, que se celebró en la República Dominicana, y
en los Campeonatos de Europa de Serbia, como juvenil, y de Holanda en la
categoría junior». Sin embargo, la valenciana no se muestra demasiado satisfecha
con los resultados obtenidos en estas competiciones. «La verdad es que no alcanzamos buenos puestos, a pesar de que teníamos
calidad más que suficiente para acabar mejor situadas en las clasificaciones
finales». A pesar de este notable curriculum, su convocatoria para la
Selección Absoluta no llega. «En el año
2014 participé en una concentración donde mezclaron varias generaciones de
jugadoras con vistas a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero nada más. Lo
cierto es que formar parte de la selección es complicado, depende de mi trabajo,
de mi rendimiento en la pista y también de lo que el seleccionador busque o
necesite en cada momento».
LA TEMPORADA 2015-2016
El primer fin
de semana de septiembre comienza la Liga de División de Honor Femenina de la presente
temporada. El Handbol Canyamelar València viaja a Alcobendas en la primera
jornada. Para Sheila, la competición se anuncia muy atractiva. «Esta liga va a ser muy bonita de jugar,
nuestro equipo se ha reforzado bien, creo que somos más fuertes que el año
pasado y estamos más compenetradas. Llevamos ya tres años con Susana Pareja y
eso se nota. Hasta la temporada pasada, la División de Honor estaba dividida en
zona alta, zona media y zona baja y me parece que ahora las diferencias se han
atenuado un poco y los equipos de las zonas media y baja van a plantar cara a
los de la alta, que son los habituales Bera Bera, Rocasa y Guardés». El
punto final de nuestra conversación no es otra cosa que una mirada
retrospectiva de Sheila Segura, una reflexión suya en voz alta: «Quiero llegar lo más alto que pueda en el
balonmano, pero todavía me queda un largo camino por recorrer. Pertenezco al
Handbol Canyamelar de la División de Honor y lo considero como un premio a todo
mi trabajo anterior. Estar donde me encuentro actualmente me ha costado muchas
horas de esfuerzo y de renuncia a otras cosas, aunque en verdad como lo hago
tan a gusto no siento que sea una renuncia, porque en mi día a día el balonmano
siempre va por delante de todo».
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