Duele mucho siempre que cierra una librería. Cuando esto ocurre, un vacío de tristeza invade el territorio que antes ocupaban las historias encerradas en sus libros. Por eso la noticia del cierre de la librería barcelonesa Negra y Criminal es una pésima noticia para el mundo de la cultura en general y, muy particularmente, para el de los lectores de novelas negras. Como muchos otros, peregriné hacia la librería en el año 2008, creo que fue por el mes de abril, y guardo un par de fotos como recuerdo de aquella tarde, en la que junto con los amigos Nacho y Rubén, recorrí a pie media Barcelona hasta llegar a la calle de la Sal en la Barceloneta.
Mucha suerte, Montse y Paco, en el futuro. Y espero veros alguna vez por la capital del Túria.
Herme Cerezo