Esta entrevista con la escritora mexicana Guadalupe Nettel debió editarse mucho antes. Justo cuando vino a
España para promocionar su último libro de cuentos, ‘El matrimonio de los peces rojos’ con el que conquistó el Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. Sin embargo, por una rocambolesca y, sobre todo, dilatada peripecia, no se publica hasta hoy, mucho tiempo después. ‘El matrimonio de los peces rojos’ es un conjunto de cinco narraciones intensas y de atmósfera, cuanto menos, delicada, un cruce de caminos entre el mundo animal y el humano, que sirve de pretexto para hablar de temas tan naturales como la ferocidad de la vida en pareja, la maternidad, las crisis adolescentes o los lazos, impensables, que pueden establecerse entre dos enamorados. La pluma de Nettel ahonda en lo subterráneo, en lo inconfesable y en lo secreto de los personajes.
Guadalupe, en primer lugar, enhorabuena por el premio.
Gracias.
En el acto de la entrega alguien comparó la gestación de un libro con la elaboración del vino, ¿realmente tienen algo en común?
Bueno ambos tienen un periodo de siembra, de cultivo y de cosecha. Ambos también se ven influidos por los factores externos a la producción. Uno al clima y otro al clima emocional del autor. Por lo menos en esto se parecen.
¿Qué es para Vd. un cuento?
Una pieza literaria breve, incluso de una línea, que cuenta de manera depurada, sin digresiones ni extravíos un momento en la vida de un personaje. Debe tener como un planteamiento un desarrollo y un desenlace por inocua que sea la anécdota.
Observo que su verbo castellano está muy estandarizado, ¿dónde quedó su dejo mexicano?
No creo que esté "estandarizado" sino mezclado. A lo largo de mi vida he convivido con distintos dialectos del castellano. Crecí en un barrio de la ciudad de México lleno de exiliados sudamericanos. Tras varios años en Francia, donde hablé español con personas de muy distintas nacionalidades, viví en España. Me casé con un argentino y, sobre todo, leo literatura escrita en muchos países de habla hispana. Creo que más que reducirnos a un solo dialecto, todos los hispano hablantes tenemos derecho a beneficiarnos de la riqueza de nuestro idioma y a apropiarnos de las expresiones o las palabras que nos gusten o se acerquen a lo que necesitamos expresar. De lo contrario, es como ser heredero de una enorme fortuna y limitarse a disfrutar de una parte muy pequeña de ésta.
Su escritura alterna cuentos y novelas, ¿qué le ofrece el cuento, como género, para que regrese a él con frecuencia?
Los primeros libros que leí y me marcaron durante la infancia y la adolescencia fueron colecciones de cuentos. Desde los infantiles más clásicos hasta los de Edgar Allan Poe, Kafka y Stevenson. Como escritora me formé en talleres de cuento que en América Latina tienen una gran tradición. Para mí el género del cuento es un territorio conocido y familiar en el que me siento cómoda.
Todos los cuentos que integran ‘El matrimonio de los peces rojos’ los ha escrito en primera persona, ¿por qué?
Me encanta la primera persona. No sólo como narradora, también como lectora.
La siguiente pregunta es obvia: ¿dónde está Guadalupe Nettel en estos cinco cuentos?
La respuesta también es obvia: está en todos y cada uno de ellos como está en todo lo que he escrito.
¿Los cuentos nacieron ya con vocación de unidad temática o surgieron sin más y, al ver lo que tenían en común, decidió construir un volumen temático?
Hacía varios años que estos cuentos esperaban ser escritos. Al menos, la mayor parte de ellos. No es que me haya planteado imaginar cuentos donde aparecieran los animales pero sabía que los unía esta característica. Por eso puedo decir que desde el principio de la escritura ya estaba dada la unidad temática.
¿Están escritos en el mismo orden que se han publicado?
No. Es complicado explicar cómo fueron escritos. El primero fue ‘Guerra en los basureros’ que comencé a redactar en el 2008 pero antes en 1999 se me había ocurrido ya ‘Felina’, sólo que no había escrito ni una línea en todo este tiempo. El primer cuento que logré terminar fue ‘Hongos’, luego ‘Felina’ y después ‘El matrimonio de los peces rojos’˝. El último en llegar fue ‘La serpiente de Beijin’. El orden lo decidí una vez que todos estaban listos.
¿Alguno de los cuentos está basado en experiencias reales?
Todos están basados en experiencias mías o de conocidos cercanos. Sin embargo ninguno describe exactamente cómo pasaron las cosas. Los personajes y las anécdotas son inventados y por eso se trata de un libro de ficción.
En el acto de entrega del premio, el escritor Enrique Vila-Matas dijo, que por lo menos dos de sus cuentos dejarían una huella profunda en su memoria, sin desmerecer a los otros tres, ¿sabe cuáles eran?
Se refería a ‘Hongos’ y ‘Guerra en los basureros’. Le gustaron mucho.
Los cuentos establecen un paralelismo entre el comportamiento humano y el de los animales, ¿los animales toman la temperatura del hogar donde viven y se adaptan a ella o sucede lo contrario y condicionan la actitud de los humanos con los que conviven?
Creo que se trata de una relación de interdependencia. Ambos intervienen en el destino del otro con su sola presencia.
¿Se parece la sexualidad humana a la de los gatos o los peces?
No creo. La sexualidad humana es muy compleja. Los seres humanos somos muy complejos y, según Lacan no soportamos ver cumplido nuestro deseo. Mire la historia del erotismo. En cada época ha habido una infinidad de rituales alrededor de eso que para los animales resulta tan sencillo.
A priori, nada se anuncia más plácido que contemplar a dos peces mientras deambulan por una pecera limpia y transparente, sin embargo, dentro del agua vive agazapada una historia de sexo y violencia, ¿cómo se le ocurrió eso?
La historia de los peces se me ocurrió después de que una amiga me regalara uno de estos pececillos en apariencia tan inocuos pero de naturaleza tan compleja que son los betta splendens. Su imposibilidad para compartir el espacio y convivir, incluso entre macho y hembra, me pareció muy triste y al mismo tiempo me recordó a algunas personas que, a pesar de desear con todo su corazón, llevar una vida matrimonial apacible, están condenadas al conflicto por su carácter belicoso.
En el segundo cuento, las cucarachas suelen alimentarse de detritos y despojos, pero Vd. le da la vuelta, ¿vamos a terminar comiendo insectos?
Los insectos se comen en muchos países, entre ellos México, y desde tiempos inmemoriales. Tienen muchas propiedades nutritivas. Lo que pasa es que no estamos acostumbrados a verlos como comida. A mí me gusta recorrer los límites de lo soportable o de lo imaginable en mis relatos. En México tampoco se comen las cucarachas pero otros insectos sí. Por eso no me resultó tan inverosímil poner a esa familia burguesa y timorata a cocinarlas. Además, ya se sabe que los seres humanos somos capaces de todo cuando se trata de luchar con otra especie para defender nuestro territorio.
En principio, parece relativamente sencillo convivir con peces, pero ¿tener una serpiente en casa, aunque sea en un terrario, resulta tranquilizador?
Hay muchas personas que tienen como mascotas a animales de este tipo. La tranquilidad no es un valor para muchos seres humanos. El personaje del cuento ‘La serpiente de Beijín’ adquirió a su animal y lo separó de su pareja en pleno periodo de celo para convertirlo en un espejo de su sufrimiento. Se trataba de una práctica curativa. Para los orientales, la mejor manera de luchar con nuestras pasiones es mirarlas de enfrente y eso es lo que este pobre hombre intentaba hacer.
Me llama la atención que en ninguno de sus relatos haya ningún perro, ¿no hay perros en su vida, con perdón?
Los animales que aparecen aquí, peces, gatos, una serpiente y unas cucarachas son silenciosos, escurridizos y poco agradables para el ser humano. En los relatos representan aquellas emociones que sus amos no quieren o no logran ver. Muchas de las decisiones que tomamos en los momentos importantes, aquellas que cambian el rumbo de nuestra existencia, se van tejiendo de manera silenciosa, como en el fondo de nuestra conciencia, o "por debajo del agua" sin que nos enteremos bien a bien. Esto es al menos lo que le ocurre a los personajes que aparecen en mi libro. Los pobres atraviesan momentos muy difíciles y de gran indecisión y estos animales son un reflejo de aquello que no pueden ver. En mi vida ha habido y hay perros. Los perros me gustan mucho pero no eran adecuados para los temas que necesitaba tratar en este libro.
La última: ¿seguirá por el camino de los cuentos o recuperará la senda novelística?
Hasta ahora tengo publicados tres libros de cuentos y dos novelas. Siempre he practicado los dos géneros y es lo que pienso seguir haciendo.
Herme Cerezo/SIGLO XXI, 16/09/2013
SOBRE GUADALUPE NETTEL
Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) es doctora en ciencias del lenguaje por la EHESS de París. Ha publicado tres libros de cuentos: ‘Juegos de artificio’, ‘Les Jours fossiles,’ ‘Pétalos y otras historias incómodas’ y dos novelas ‘El huésped’ (Finalista del premio Herralde) y ‘El cuerpo en que nací’. Ha sido traducida al francés, holandés, alemán, inglés, portugués, italiano y sueco, entre otras lenguas. Ha obtenido varios premios como el Premio Nacional de cuento Gilberto Owen, el Prix Radio France International para países no francófonos, el Premio Antonin Artaud y el Premio Anna Seghers. Es becaria del Sistema Mexicano de Creadores de Arte y colabora regularmente con diversas revistas literarias de España, Francia, Canadá y América Latina.