Dentro de la denominada
Bibliotheca AVREA, Ediciones Cátedra reeditó en marzo de 2014 su volumen ‘Todo
Sherlock Holmes’, título que apareció por primera vez en el mercado en el año
2003. La presente edición corre a cargo de Jesús Urceloy y reúne todas las
novelas protagonizadas por el famoso detective de la pipa y la lupa, escritas
por Arthur Conan Doyle, con la particularidad de que están clasificadas no por
el criterio cronológico de su publicación, sino por ese otro orden, el orden
“biográfico” que impone la vida del propio protagonista y en el que las
aventuras se suceden unas a otras con su lógica interna, que es la que
realmente interesa al lector. Hay que dejar claro que, como ocurre con otros
muchos autores de novela y también del mundo del cómic, las aventuras de
Sherlock Holmes y su fiel Watson han seguido escribiéndose después de la muerte
de Conan Doyle. Son múltiples las recreaciones publicadas en torno a Holmes y
cía, pero no constan en este volumen porque, tal y como señala en su prólogo
Jesús Urceloy, de haberlas incluido “a buen seguro entraría holgadamente entre los volúmenes de mayor paginación de toda la historia”.
Los relatos y novelas contenidos en ’Todo Sherlock Holmes’ forman lo que se llama Sacred Writers, o sea, los ‘Escritos Sagrados’, el ‘Canon Holmesiano’ o simplemente el ‘Canon’ como se ha venido a llamar. Y son los siguientes: ‘Estudio en escarlata’ (Novela, 1887); ‘El signo de los cuatro’ (Novela, 1890); ‘Las aventuras de Sherlock Holmes’ (Relatos, 1892); ‘Las memorias de Sherlock Holmes’ (Relatos, 1894); ‘El sabueso de los Baskerville’ (Novela, 1902); ‘El regreso de Sherlock Holmes’ (Relatos, 1905); ‘El valle del terror’ (Novela, 1915); ‘El último saludo de Sherlock Holmes’ (Relatos, 1917); y ‘El archivo de Sherlock Holmes (Relatos, 1927). En total Conan Doyle escribió 60 episodios de Sherlock Holmes, 56 contados por el Doctor Watson, 2 por el propio Holmes, y otros 2 más (‘El último saludo’ y ‘La aventura de la piedra de Mazarino’) sobre los que los expertos no terminan de ponerse de acuerdo acerca de a quién pertenece la voz narrativa. Algunos de ellos han sido traducidos de nuevo para esta edición.
Por supuesto, no se puede reseñar
este ‘Todo Sherlock Holmes’ sin hablar, aunque sea someramente de sus tres
protagonistas principales: el propio Sherlock, el Dr. Watson y el padre de ambas
criaturas, Arthur Conan Doyle, utilizando para ello la profusión de datos que
Jesús Urceloy proporciona al lector en la Introducción.
Sherlock Holmes (Yorkshire, 6 de
enero de 1854) fue hijo de Siger, militar retirado ¾ otros afirman que era un conocido
hacendado¾, y
Violet, tercera hija de Sir Edward Sherringford, y tuvo dos hermanos: Sherringford
y Mycroft. Tras residir en Francia durante varios años, en 1864 regresó a
Inglaterra, donde contrajo una grave enfermedad que le mantuvo postrado durante
todo 1865. Volvió a Francia para estudiar en la ciudad de Pau y, finalmente,
entre 1872 y 1877 ya lo encontramos en Oxford y Cambridge como estudiante, pero
sin alcanzar ninguna titulación específica. Practicó esgrima, ajedrez, artes
marciales, remo y defensa personal. En 1877 se trasladó a Londres para vivir en
Montague Street y trabajar como “detective-consultor”. Escribió algunos textos e
ingresó en la Compañía Shakesperiana Sasanoff de teatro, con la que llegó a
realizar una gira por Estados Unidos y donde destacó por su gran capacidad de
caracterización. Esta habilidad le sería muy útil más tarde en sus
investigaciones, traducida en su costumbre de utilizar disfraces. Haciendo un
inciso, es innegable la influencia del personaje de Holmes en las historietas
de Mortadelo y Filemón, obra del barcelonés Francisco Ibáñez, en la que el
primero es un maestro del disfraz y el segundo, en sus primeros tiempos, un
amante de fumar tabaco en pipa. Volviendo a Holmes, en 1881 y ya en Inglaterra conoció
al Dr.Watson, militar licenciado por herida de guerra, con el que compartirá
habitaciones en el 221B de Baker Street hasta el año 1903, periodo en el que
desarrollará su conocida estela de investigaciones detectivescas. El 4 de mayo
de 1891, Watson informó de la probable muerte de Sherlock Holmes tras una lucha
con el famoso criminal James Moriarty, sostenida en las cataratas de
Reichenbach. Sin embargo, el detective reaparecería en 1894, explicando que había sobrevivido al
duelo mantenido con Moriarty, que había muerto mientras se despeñaba sobre el
interior de una sima. Qué ocurrió y a qué se dedicó Holmes durante esos tres
años constituye un auténtico misterio, ya que el propio investigador
proporcionó detalles muy vagos al respecto. Su actividad detectivesca se
reanudó sin nuevas interrupciones hasta el año 1903, momento en el que Sherlock
se retiró a una casa sita en las colinas de Sussex para dedicarse al estudio de
la apicultura. Urceloy afirma que murió en 1957, llevando una vida sosegada y
tranquila.
Arthur Conand Doyle |
Por su parte, John Watson, el Dr.
Watson, nació en Hampshire el 7 de agosto de 1847, hijo de Henry y Ella. Tras
la muerte de su madre, la familia vivió en Australia hasta 1865, en que Watson
regresó a Inglaterra para estudiar Medicina en la Universidad de Wellington,
especializándose en cirugía militar. En noviembre de 1878 partió hacia
Afganistán con el 5º de Fusileros de Nortumberland. A resultas de las heridas
sufridas en la Batalla de Maiwand, Watson fue retirado del servicio por un
tribunal castrense, asignándosele una pensión. En 1881 atravesó por unos
momentos confusos de su vida y decidió buscarse un compañero con quien
compartir el alquiler de unas habitaciones. Ése fue, como se ha visto antes,
Sherlock Holmes. Hasta la fecha de su separación definitiva en 1903, Watson
abandonó en tres ocasiones el domicilio
de Baker Stret 221B, coincidiendo con sus tres matrimonios (Constance Adams,
Mary Morstan y una tercera esposa, cuyo nombre ocultó el propio Watson), de los
que no tuvo descendencia. Aunque ejerció la medicina, su fama proviene de su
oficio de relator de las aventuras de Holmes. Murió el 24 de julio de 1929.
Dejo para el final al padre de
todo el invento, Arthur Conan Doyle (Edimburgo, 22 de mayo de 1859). Sus padres
fueron Charles y Mary Doyle. Conan Doyle se doctoró en medicina en el año 1885,
especializándose en oftalmología. Ejerció su profesión en un ballenero para
luego establecerse en Plymouth. Como su oficio no le rentaba lo suficiente,
tras casarse en 1885 con Louise Hawkins, comenzó a escribir novelitas. En octubre de 1886, la casa ‘Ward&Lock’
de Londres le compró su novela ‘Estudio en escarlata’ por 25 libras donde
aparece ya Sherlock Holmes y Watson, que al principio no se llamaban así sino
Sherringdon y Ormond Sackes. El personaje del célebre detective estuvo
inspirado en una mezcla entre lo que Conan Doyle quería ser y lo que era
realmente, mezclado con rasgos de su admirado profesor de medicina, el Dr.
Joseph Bell. Watson, por su parte, representaría el Doyle real. El relato fue
publicado finalmente por la revista ‘Beeton’s Christmas’ y pasó sin pena ni
gloria para todos, excepto para la revista norteamericana ‘Lippincott’s
Magazine’ de Filadelfia, que pronto concertaría con el autor escocés la
publicación de su novela ‘El signo de los cuatro’. Mientras tanto, el editor
británico de la revista ‘The Strand’, George Newnes, habló con Conan Doyle para
decirle que sus libros eran demasiado largos y que si los acortaba él se los
publicaría. A partir de ese momento, cada cuento le valió a Conan Doyle treinta
guineas, pero justo en este momento se produjo la paradoja. Conan Doyle se
había hartado ya de su criatura, tenía aspiraciones de escribir “literatura
seria”, de convertirse en un Poe o en un Wells, y le molestaba su detective.
Así que pidió veinte guineas más por cuento a su editor para que rechazase su
demanda y acabar con la historia. Sin embargo y para su asombro, su petición
fue aceptada, pero no cejó en su obstinación y en 1893 publicó el cuento ‘El
problema final’ donde narraba la muerte de Holmes a manos del criminal Moriarty
como ya hemos visto antes. Contrariamente a sus deseos, su decisión le sirvió
de poco. A partir de ese momento, las manifestaciones pacíficas de los
seguidores del investigador británico ante las oficinas de ‘The Strand’ se
sucedieron ininterrumpidamente. Incluso su propia madre dejó de hablarle. Por
fin, en 1902 reapareció el detective en su novela ‘El sabueso de los
Baskerville’. No obstante y a pesar de su enorme éxito de ventas (varias
ediciones agotadas en un mismo día), los lectores se dieron cuenta de que el
tozudo escritor escocés no resucitaba el mito, ya que ‘El sabueso de los
Baskerville’ era una historia situada cronológicamente antes del episodio con
Moriarty y las manifestaciones prosiguieron hasta octubre de 1903. Desde ese
instante y hasta 1927, no dejaron ya de publicarse las aventuras de Sherlock
Holmes, eso sí a cien libras el cuento en Inglaterra y a cinco mil dólares el
libro en los Estados Unidos. Tras el fallecimiento de su esposa, en 1907
contrajo nuevas nupcias con Jean Lekie.
El TBO también se acordó de Holmes |
Arthur Conan Doyle fue un tipo
contradictorio y leal, que se embarcó en múltiples empresas algunas un tanto
peregrinas. Sufrió en sus propias carnes el horror de la Primera Guerra Mundial,
en la que participó y en la que vio morir a su primogénito, de cuya muerte
jamás se recuperó. Vivió sus últimos años cansado y dolorido, agarrándose a
creencias mágicas y espiritistas en busca de consuelo. Murió el 7 de julio de
1930.
Como colofón, hay que citar otro
apartado interesante de ‘Todo Sherlock Holmes’, que es el de los anexos,
constituidos por una Relación completa de todos los casos conocidos, los
Comentarios a los cuentos narrados, las Notas finales, curiosidades y algunas
estadísticas, así como un Índice completo y alfabético de todos los personajes
de entidad que aparecen en los relatos. Estos anexos permiten al lector
introducirse mejor en las lecturas y conocer el proceso vital que experimentan
los protagonistas a lo largo de las mismas.
Para los amantes del género
policiaco más genuino, para los amantes de los relatos de una época que siempre
resulta romántica y atractiva, este ‘Todo Sherlock Holmes’ de Arthur Conan
Doyle y Jesús Urceloy es una auténtica tentación, un deleite para sus sentidos
lectores. Sin duda, es uno de los mejores regalos que podemos, o que nos pueden,
hacer durante las próximas Navidades que, inexorables, se avecinan con paso
lento y seguro. Y es que Holmes se ha convertido con el paso del tiempo en un
tipo entrañable, que ha superado en todo a su autor y del que muchos afirman
que “es el más humano de todos los seres
de ficción”.
‘Todo Sherlock Holmes’ de Arthur
Conan Doyle (Autor) y Jesús Urceloy (Preparador de la edición). Tapa blanca,
encuadernación rústica, 1664 páginas. Marzo 2014 (11ª edición). Precio: 30,60 €