Uno, aunque sea del eterno rival, no puede olvidar a los grandes jugadores de fútbol, máxime si eran figuras cuando se inició en este vicio nefando que es el balompié, una iniciación en blanco y negro, que era como Televisión Española retransmitía entonces los encuentros. Es el caso de Antonio Betancort, un portero canario, sobrio y eficaz, sobresaliente blocador de balones, que defendió la portería del Real Madrid durante muchos años. Creo recordar que sustituyó en el arco madridista a Vicente "el Grapas" y fue el antecesor de los Junquera, García Remón, Miguel Ángel y otros que vendrían después. El diario As, al anunciar su muerte hoy, ha insertado un puñado de fotografías suyas en la edición digital en las que se ve a Betancort, que siempre jugaba de negro completo con medias blancas, en el pleno desarrollo de su oficio.
La primera imagen recoge un mano a mano en el Bernabeu con el delantero centro del Benfica, Eusebio, la perla negra, entorpecido en su acción por Ignacio Zoco.
La segunda es una parada en el aire, a media altura, después de un disparo lejano. Este tipo de paradas, hoy en día ya no se ven. Los porteros, por si se les escapa el balón, suelen despejarlo hacia un lado y, si se equivocan, al centro, donde los delanteros rivales suelen perdonar poco.
Descanse en paz el bueno de Antonio Betancort.
Herme Cerezo