Si los versos de ‘La cogida
y la muerte’, escritos por Federico García Lorca, consagraron las cinco de la
tarde, «Eran las cinco en punto de la tarde», como hora taurina por excelencia,
desde el pasado jueves 29 de octubre, las siete treinta de la tarde podría
quedar institucionalizada como la hora del vino y los libros, un maridaje perfecto
para unir tres placeres irrenunciables del ser humano: leer, escribir y
degustar un buen caldo.
«Eran las siete treinta de
la tarde», decía, con el sol dormido y las mentes despiertas, cuando en las
bodegas Solar de Samaniego sitas en la localidad de Laguardia de la Rioja
Alavesa, dio comienzo el acto de la entrega del I Premio Internacional Solar de
Samaniego de Novela. Este galardón, que deseamos sea el primero de una
interminable serie de ediciones, fue a
parar a manos del periodista y escritor Luis del Val (Zaragoza, 1944) por su
novela ‘La transición perpetua’, que ha sido editada por Algaida.
Luis del Val, ganador del I Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego |
Dado que el propósito del concurso
se centra en tender puentes de contacto entre el vino y la literatura, el certamen
se inscribe dentro de la iniciativa denominada ‘Beber entre líneas’, a través
de la cual el Grupo Solar de Samaniego desea ocupar un espacio propio como
bodega comprometida con el mundo de la literatura en lengua castellana y de la
cultura en general. Sin duda por eso, la tradicional estatuilla del ganador se
transformó aquí en una botella de vino de la ‘La Olvidada’, escogida cosecha,
cuya producción alcanza únicamente la cifra de cinco mil unidades rigurosamente
numeradas. El propio nombre de la bodega, Solar de Samaniego, va estrechamente
unido a la figura del escritor ilustrado Félix María de Samaniego (Laguardia
1745-1801), en cuya finca de La Escobosa, actualmente propiedad de las bodegas,
le asaltó la inspiración para la escritura de buena parte de sus fábulas.
El jurado del premio, dotado
con 25.000 euros, estuvo presidido por Javier Reverte al que acompañaron los
escritores Ramón Pernas, Espido Freire y Félix G. Modroño, así como por el
director del diario ABC, Bieito Rubido, que no asistió al evento por cuestiones
profesionales. Al concurso concurrieron más de 150 cincuenta novelas procedentes no solo de España sino también de
países como México, Colombia o Argentina.
Después de la introducción
efectuada por el periodista del Diario LA RIOJA, Pablo García Mancha, en la que
desveló ciertos pasajes de la obra ganadora, que emocionaron al autor, y de la intervención
de la Directora Comercial del Grupo Solar de Samaniego, María Alonso, que habló
de las relación entre vino y literatura, tomó la palabra Miguel Ángel Rodríguez Matellanes,
director de Algaida Editores, que explicó que en una «tórrida noche de verano y
hasta altas horas de la madrugada», se reunieron los miembros del jurado para
elegir la novela ganadora del concurso, que resultó ser ‘La transición
perpetua’ de Luis del Val. A partir de ese instante, añadió, comenzaron los
trabajos para la edición del libro, ya que con este premio «queremos romper la
dinámica establecida en otros concursos, donde se comunica el nombre del
ganador con dos meses de antelación sobre la fecha de publicación de la obra. De
este modo, hoy, el mismo día que se ha hecho público el fallo del jurado, la
novela ya se encuentra a la venta en las librerías de todo el país».
A continuación intervino
Javier Reverte, presidente del jurado, para señalar que en los últimos tiempos «escribir
es casi delinquir porque los escritores están siendo perseguidos de una manera
tremendamente injusta». Explicó también que el vino y la literatura son un
auténtico milagro «porque ¿cómo es posible que, en un momento determinado,
surja de la tierra algo tan maravilloso como el vino, las novelas y los poemas
que nos entusiasman?». Refiriéndose a Luis del Val dijo que «había ganado el concurso
con toda justicia y por mayoría absoluta entre los miembros del jurado», al
tiempo que expresaba su satisfacción porque «el premio lo hubiera conseguido
alguien que comenzó a escribir partiendo del periodismo igual que yo. Me
encanta que un colega, que hace novelas, gane un premio». Sobre ‘La transición
perpetua’, Reverte señaló que se trata «de una novela de estructura compleja,
en la que se entrecruzan muchas historias que te llevan a preguntarte cómo conseguirá
el autor solucionarlas. Y al final del libro, Luis ha sido capaz de unir todas esas
historias en un solo hilo conductor, algo que únicamente puede lograr alguien
que se ha enfrentado al trabajo literario con la ilusión de un niño y que lo ha
resuelto con el oficio del escritor veterano que es él».
El ganador con los miembros del jurado y representantes de Solar de Samaniego y Algaida Editores |
Cerró el acto el triunfador
de la noche, Luis del Val, quien tras agradecer el galardón a los integrantes del
jurado y a Solar de Samaniego, como empresa convocante, afirmó que el vino y la
literatura eran buenos compañeros de viaje y que no le extrañaba que Félix de
Samaniego «anduviera por estas tierras pescando y buscando inspiración para sus
fábulas». Dicho esto, leyó un par de textos del escritor alavés, «dos poemas de
su libro ‘El jardín de Venus’, tremendamente verdes que le llevaron a dar con
sus huesos en la cárcel, acusado por la Inquisición de entrometerse en exceso
con la lubricidad de frailes y monjas», que provocaron la hilaridad y el
aplauso de los asistentes. Por último y antes de dar por concluido su
parlamento, reiteró las gracias al jurado del I Premio Internacional de Novela
Solar de Samaniego.
Bajo la forma de una
historia de amor, ‘La transición perpetua’ nos presenta a Mario Cifuentes, un
anciano que, desde la ventana de su jubilación, cuenta su vida en la sombra a
una joven profesora de Historia Contemporánea, que se erige en la voz
narradora. El relato se centra en los trabajos que Cifuentes realizó para el
servicio secreto del gobierno español durante el periodo de la transición. En
declaraciones informales efectuadas durante el transcurso del cóctel servido
posteriormente, Luis del Val manifestó sentirse «muy satisfecho con el
resultado obtenido. En esta novela he venido trabajando bastante tiempo y me he
encontrado muy cómodo durante todo el proceso de creación. La verdad es que la
he escrito con mucha alegría».
Herme Cerezo