Carlos Montero acaba de recibir el Premio
Primavera de Novela 2016, patrocinado por El Corte Inglés y la editorial
Espasa, por su obra ‘El desorden que dejas’, la historia de Raquel, una
profesora de literatura que acepta cubrir la vacante existente en el instituto
de un pueblo interior de Galicia. En su primer día de clase, la joven descubre
que su predecesora, se ha suicidado y al finalizar la jornada encuentra en su
bolso una nota funesta que le apela directamente: ¿Y tú cuánto vas a tardar en morir? A partir de ahí desarrollará
una obsesión por conocer las causas de la muerte de Viruca, la anterior
profesora, y tratará de esclarecer todo lo sucedido. Con este planteamiento, la
novela adquiere pronto las connotaciones de un thriller, que navegará sobre la
debilidad humana, las perversiones, las mentiras, los secretos, la fragilidad
de las relaciones y del peso insostenible de la ausencia. Sobre todo ello
conversé durante unos minutos con el escritor gallego en el piso superior de La
Chaise Metro & Red, una tienda vintage
anclada en pleno corazón de Valencia, en la calle peatonal del Maestro
Clavé.
En primer lugar, enhorabuena
por el Premio.
Muchas gracias.
¿Por qué es
importante para Carlos Montero ganar el Premio Primavera?
Creo que lo que más agradezco es llegar a más
lectores. El hecho de que el Premio lo compartan El Corte Inglés y la Editorial
Espasa hace que el libro llegue a mucha más gente, porque lo mejor de todo esto
es la promoción. Durante un mes y medio viajas por España entera hablando de tu
libro, algo que es fundamental y que a mí no me había sucedido nunca.
¿Qué es para ti escribir?
Comunicar, contar historias… Soy poco
trascendente en mis respuestas, como comprobarás a lo largo de esta entrevista.
Yo necesito comunicar y escribir es mi método para hacerlo. Podría haberme
dedicado a la fotografía o al cine, pero he escogido la palabra.
Es tu segunda
novela y ya llevas cinco ediciones en la calle, supongo que eso supondrá un
subidón para ti, ¿no?
Claro, pero te vuelves un poco insaciable,
tienes miedo de que la burbuja en la que estás instalado se pinche y que todo
sea un espejismo. Ahora las ediciones son más pequeñas que las de antes, pero no
importa, que siga así mucho tiempo. Reconozco que cada semana localizo dónde
está situada la novela en las listas de ventas.
¿Cómo surge la
idea de escribir ‘El desorden que dejas’?
La idea inicial parte de la nota que los alumnos
le dejan a la profesora invitándola a que se suicide. Me apetecía contestar a
todas las preguntas que sugería ese papel y, después de dos o tres semanas de
andar pensando la trama, me di cuenta de que podía ser un thriller. Tiré por
esa senda y aquí estamos.
¿Hay mucho de autobiográfico?
Sí, es evidente, pero no se encuentra en los
hechos sino en el protagonista, porque la forma en que Raquel afronta sus problemas
es muy similar a cómo lo hago yo.
¿Colocar el escenario en Galicia obedece a
que tú naciste allí?
Lo cierto es que ya llevaba bastante pensada
la historia y todavía no sabía dónde iba a transcurrir. Como nunca había escrito
sobre Galicia, decidí volver a mi lugar de origen y situarla allí, teniendo
presente también que el carácter de la gente y el ambiente gallego me venían
muy bien. Galicia me produce sensaciones ambivalentes, porque, cuando la echo
de menos, la visito, pero a los tres o cuatro días ya quiero regresar a Madrid,
que es la ciudad donde tengo organizada mi vida. En verdad, me siento un poco
ajeno a mi tierra.
La novela arranca
potente, ¿ese inicio tan impactante es especialmente deseable en un thriller o
esto es aplicable a toda la literatura en general?
Desde que existe el Ipad y el libro electrónico aconsejo a los escritores que arranquen
fuerte. Actualmente, el lector se puede descargar gratis los primeros capítulos
de cualquier novela y, si le gustan, los compra. En esas primeras páginas,
sobre todo en el caso de escritores poco conocidos, es donde perdemos o ganamos
muchos lectores.
Naturalmente,
después de ese arranque hay que sostener la atención del lector a lo largo de
las casi cuatrocientas páginas del libro, ¿qué recursos técnicos haces valer
para ello?
En mi caso utilizo un esquema, pero le soy
muy infiel. Lo mejor me sale cuando me siento a escribir, cuando bajo al papel
para dialogar. En ese momento la historia coge cuerpo y te conduce a lugares
mucho más interesantes. Es verdad que sin guión te puedes sentir un poco
perdido, especialmente en un thriller, pero siempre terminas encontrando el
camino que buscabas. De hecho hay algunos pasajes un poco erráticos, pero esa
cosa de no saber a dónde vas, creo que le ha venido muy bien a la novela.
Estilo ágil,
dinámico, sencillo, el libro se lee deprisa ¿tu oficio de guionista tiene algo
que ver con esta fluidez?
Es posible. Desde luego en la televisión has
de estar atrapando constantemente la atención del espectador porque si no
cambia de canal. Desde el punto de vista de lector, agradezco mucho ese tipo de
novelas intensas, porque no soporto que la literatura, llamémosla de consumo,
sea aburrida. Otra cosa son los libros más sesudos, más serios, cuya lectura
emprendo con mayor tranquilidad porque estoy convencido de que, en algún
momento, el autor va a recompensar mi paciencia de otra manera.
Los protagonistas
de ‘El desorden que dejas’ guardan secretos.
Sí, guardan secretos muy gordos. No es bueno
contarlo todo, para eso existen los secretos. Tu pareja no tiene por qué saber
ciertas cosas de tu pasado o de tu presente, porque pueden ser muy dañinas para
la relación.
En la novela hay
sexo. ¿El sexo se aborda igual en la literatura de hoy que en la de antes?
Creo que el sexo siempre ha sido igual, aunque
es verdad que la plasmación en la literatura sí que ha cambiado. En la
presentación del libro en Madrid, Nativel Preciado dijo que en mi novela había
mucho sexo, pero que era elegante. Y eso, aunque no sabía qué quería decir
exactamente, me gustó. No me considero
un escritor elegante, sobre todo por mi forma de abordar las frases a veces,
pero yo pretendía que resultase bien, ni demasiado expresivo, ni demasiado
pacato. En ocasiones has de estar a caballo entre ambas aguas, entre la
escritura naturalista y la realista que es lo que me gusta.
Esa postura es muy
gallega: ni subir, ni bajar.
[Risas] Sí, supongo que sí. Hay mucho de eso
en mi literatura y en mis respuestas.
Para narrar has alternado la primera y la
tercera personas, ¿buscabas con ello dos puntos de vista diferentes? ¿Por qué?
Durante mucho rato el cuerpo me pedía que
usara la primera persona, porque quería que el lector estuviera muy próximo a
la protagonista. A veces, sin embargo, prefería distanciarme mucho y para ello
necesitaba la tercera. También buscaba que esta tercera persona, sin llegar a
ser una voz mentirosa del todo, jugase un poco con el lector. Aunque sabía que
con la primera esto era fácil de conseguir, preferí intentarlo con la tercera,
porque estaba convencido de que resultaría más gracioso.
La idea inicial de
‘El desorden que dejas’ parte de la muerte extraña de una profesora de
instituto, Viruca, a la que sustituye otra persona, Raquel, un bocado poco
apetecible, ¿no?
Desde luego, pero estas cosas suceden. No es
apetecible ni para los alumnos ni para la profesora. Es una situación rara,
bizarra, que además introduce el tema del suicidio, uno de los grandes tabúes
de nuestra sociedad y que has de abordar de alguna manera, porque tienes que
hacerle frente inevitablemente.
Raquel se tropieza
con un alumnado difícil, muy acostumbrado a la fallecida Viruca.
Sí, se trata de un grupo de alumnos bastante
agresivo, complejo, perverso y retorcido.
En una ocasión,
Viruca definió ante sus alumnos lo que significaba la literatura para ella, pidiéndoles
que contaran algo que les doliera, «que la literatura era eso, dolor, que salía
de la mierda que cada escritor lleva dentro, de lo más oscuro», ¿compartes la
definición?
La definición no es mía, se la robé a Palahniuc
y no la comparto. Él opina que solo se puede escribir desde lo más oscuro de
cada uno, desde el dolor, y creo que desde el dolor es interesante escribir,
pero también puedes hacerlo desde la alegría. Hay otra definición que me gusta
más, una que dice que «un escritor ha de escribir siempre como si sus padres
estuvieran muertos», lo cual está muy bien no porque quieras matar a tus
padres, sino porque así escribes sin ningún tipo de pudor.
Acabamos por hoy:
tú has escrito muchos guiones para series televisivas y películas, si se
terciara ¿te atreverías a guionizar tu propia novela o preferirías que lo
hiciera otro, si surgiera la oportunidad?
Sin duda que me atrevería, aunque también me
gustaría ver la imagen que proyecta mi novela en el trabajo de otro guionista.
Si yo lo hiciera, sería bastante infiel al argumento original. De hecho, ya se
me han ocurrido tres o cuatro ideas que introduciría en el guión.
SOBRE CARLOS MONTERO
Carlos Montero (Celanova, Ourense, 1972) es guionista de cine y de series de televisión (‘Física o Química’, ‘El Comisario’, ‘El tiempo entre costuras’ o ‘Apaches’). Como escritor su carrera, de momento, es breve. Se limita a dos novelas: ‘Los tatuajes no se borran con láser’ (2012) y ‘El desorden que dejas’ con la que ha ganado el Premio Primavera 2016.
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