Cuando en enero de 1950, Erika Walter, viuda
de un agente secreto alemán, huye a Madrid con un importante legajo de
documentos que implican a altos cargos nazis en el exilio, su amante Martín
Navarro, ex miembro del PCE, se ve obligado a abandonar París y seguir sus
pasos. A pesar de los riegos que ello entraña, Martín lo arriesgará todo,
incluso sus convicciones ideológicas, por volver a encontrarse con Erika. Con
la policía, los nazis, los comunistas y la CIA pisándoles los talones, ambos amantes
se verán envueltos en una trama de espionaje e intereses ocultos más compleja y
peligrosa de lo que jamás habrían creído. A grandes líneas, este es el
argumento de ‘El silencio de tu nombre’, la nueva novela del escritor Andrés
Pérez Domínguez, publicada por la editorial Plaza&Janés, con el que pude
conversar durante unos minutos en el restaurante Blue Canalla Bar de Valencia.
Andrés, tu nueva
novela no es un libro premiado en concurso, ¿has cambiado de rumbo?
La verdad es que he probado todas las
experiencias. Es cierto que los premios te dan más visibilidad, pero cada libro
tiene su recorrido. Y no me quejo de este, que desde que salió se encuentra en
la lista de los más vendidos. Es indudable que mi anterior novela, ‘El
violinista de Mathausen’ me ha ayudado a publicar en mi nueva editorial,
Plaza&Janés.
Eso te iba a
preguntar, has cambiado de editorial, ¿qué tal la experiencia?
Cambiar de editorial es como cambiar de
trabajo. Plaza&Janés es una editorial mayor que tiene cosas que te pueden
venir bien y otras que te pueden venir mal. Hasta ahora – acabo de empezar – yo
solo he encontrado ventajas. Además han apostado también por dos novelas
anteriores mías, ‘El factor Einstein’ y ‘La clave Pinner’, y las han reeditado
en bolsillo. Eso es algo muy importante para mí. Precisamente este hecho fue el
que motivó que me decidiera a trabajar con ellos.
La chispa para
escribir ‘El violinista de Mathausen’ fue la imagen de una pareja bailando en
el andén de una estación de metro, ¿cuál ha sido la imagen que ha provocado la
escritura de ‘El silencio de tu nombre’?
Esta novela no nace de ninguna imagen. El
motivo es mucho más cerebral y reflexivo ya que surge del convencimiento de la
falsa neutralidad de España durante la II Guerra Mundial. Siempre nos han
vendido que nuestro país fue neutral y sí fuimos neutrales pero no inocentes,
porque dejamos que los alemanes extrajesen wolframio de nuestras minas. Ellos lo
necesitaban para revestir las puntas de los proyectiles y los blindajes de los
tanques. La utilización de wolframio estaba prohibida por los convenios
internacionales. Para facilitar la operación se crearon empresas
hispanoalemanas, controladas por españoles que actuaron de testaferros. Uno de
ellos fue José María Martínez Ortega, conde Arjillo, que llegó a ser consuegro
de Franco. También compramos setenta toneladas de oro a los suizos que provenían
del expolio realizado por los nazis en otros países. Muchos lingotes llevaban
impresa la esvástica y sus números de serie eran fácilmente reconocibles. Por
último, una vez terminada la guerra, dimos cobijo en nuestro suelo a muchos
nazis, entorpeciendo las órdenes internacionales de busca y captura que
existían.
Encabezas la
novela con una cita de Graham Greene y otra del Evangelio de San Mateo.
Sí, las dos tienen sentido. Graham Green es
uno de mis referentes y la cita de San Mateo es muy significativa para el
texto. Busco que las citas tengan mucho que ver con la novela y que el lector
descubra esta conexión justo al acabar la lectura del libro.
¿Te ha llevado
mucho trabajo el proceso de documentación?
El libro se desarrolla en una época muy
cercana, prácticamente hablamos de ayer. Hay mucha documentación y estudios
sobre este tema. Otra cosa distinta es que a los españoles se nos haya vendido
de otra manera. Procuro que mis novelas, esta también, cumplan un triple
objetivo. Primero que esté bien escrita; segundo que contenga un listón moral;
y tercero, que entretenga, que distraiga, que enganche, que sacuda por dentro
al lector. Sin el tercer elemento, los otros dos no funcionan.
Has utilizado una
voz narrativa en tercera persona.
Hacerlo así me ha permitido ofrecer una
visión poliédrica de la trama, porque dispongo de diversas perspectivas de un
mismo hecho. Mi narración es muy introspectiva y cada vez que se apoya en
alguno de los personajes principales es como si estuviera escrita en primera
persona. Creo que esta técnica hace que la trama de la novela sea más sólida.
En una novela
histórica, como ésta, ¿la ficción puede llegar a rincones que los historiadores
no alcanzan?
Desde luego, con la ficción los novelistas
llegan a lugares que los historiadores no pueden acceder. Con mi anterior
novela, sin que suene a petulancia, hubo bastantes lectores que descubrieron
que muchos compatriotas nuestros sufrieron y murieron en los campos de
exterminio nazi. Y eso creo que es importante. Para mí, a la hora de escribir,
el marco histórico donde se desarrollan mis argumentos es inalterable. Respeto
escrupulosamente las fechas y lugares, que además han de ser fácilmente
reconocibles y comprobables.
Por ‘El silencio
de tu nombre’ desfilan un par de personajes de novelas anteriores tuyas, ¿van a
aparecer más en próximas entregas?
Me preguntaron hace poco si con la crisis
estaba recuperando personajes porque me cobraban menos que otros nuevos [risas].
La verdad es que no sé si volverán a salir. Ni siquiera tenía claro que estarían
en esta. De todos modos, aparecen porque son convenientes para la trama, vienen
a cuento, no son pegotes. Si alguien que ignora esta circunstancia lee la
novela no nota su presencia.
La II Guerra Mundial, en sí misma, no me
interesa demasiado. Me interesa el espionaje pero sobre todo la pasión con que
lo viven los personajes. Obviamente, la clandestinidad es muy novelesca y me
permite hablar de los temas que a mí me gustan.
El protagonista,
Martín Navarro, ex miembro del PCE, cansado de todo, al final interpreta su
propio código de justicia, ¿no?
Cuando alguien ha vivido dos guerras, como le
ocurre a él, ha de tener unas reglas muy estrictas a las que atenerse si no
quiere convertirse en un animal. Martín es un hombre honesto, un tipo reflejo
de su época, un momento histórico en el que las ideologías se daban hasta
extremos absolutos. Él ya vivió toda su etapa de idealismos y solo le quedan
sus sentimientos, las cosas que le interesan de verdad. Eso es lo que le
permite mantenerse con vida.
‘El silencio de tu
nombre’ también es una historia de amor: la de Erika y la de Martín, un amor
que además sirve de refugio al protagonista.
Totalmente, creo que los lectores han de
identificarse con los sentimientos. El amor, la amistad y una trama trepidante
son los elementos que hacen que el lector se introduzca en la novela. Y el amor
es el último reducto de Martín. Como decía antes, cuando uno viene desencantado
de todo y descubre que todo lo anterior de su vida no ha servido para nada, se
da cuenta que solo le queda refugiarse en el amor o en una amistad muy
profunda.
Dice Vargas llosa que un autor en su novela es
como Dios en el mundo. Ha de estar en todas partes y no ser visible en ninguna.
Mejor no te lo puedo decir [risas].
Herme
Cerezo/SIGLO XXI, 31/10/2012
SOBRE ANDRÉS PÉREZ DOMÍNGUEZ
Andrés Pérez Domínguez nació en Sevilla en 1968. Ha ganado varios premios y ha publicado las novelas ‘El violinista de Mauthausen’ (Premio Ateneo de Sevilla y finalista del Premio Espartaco de Novela Histórica en la Semana Negra de Gijón), ‘El síndrome de Mowgli (Premio Luis Berenguer, 2009), ‘’El factor Einstein’ y ‘La clave Pinner’. También es autor de novelas cortas: ‘Los perros siempre ladran al anochecer’ (Premio Iberoamericano La espiga dorada, 2010), ‘Los mejores años’ (Premio José Luis Castillo-Puche, 2002) y ‘Duarte’ (Premio Tierras de León, 2002) y de las colecciones de cuentos ‘El centro de la Tierra’ y ‘Estado provisional’ (Premio Ciudad de Coria, 2001). En el año 2001 obtuvo el Premio Max Aub con el cuento titulado ‘Ojos Tristes’.