La Ciudad Digital había nacido para ser un diario alternativo, libre y de calidad, para combatir el periodismo contaminado y caduco que imperaba en la ciudad de Valencia. Hasta que uno de sus periodistas más importantes, Manel Torres Albiach, aparece degollado de manera salvaje sin que el asesino deje rastros ni pruebas. El descreído inspector de raza negra, Feliu Oyono, junto con su enigmática compañera, Amalia Vigarany, serán los encargados de esclarecer este horrible crimen. Con estos antecedentes, Xavi Aliaga pergeña su quinta novela, ‘Dos metres quadrats de sang jove’, editada por la editorial Alrevés. Con el escritor setabense, aunque nacido en Madrid, conversé durante unos minutos de una tarde primaveral del mes de mayo en Octubre Centre de Cultura Contemporània de la calle San Fernando de la ciudad de Valencia, escenario, además, donde se desarrolla la trama de su novela.
Nacer en Madrid fue accidental
porque yo era hijo de un ferroviario al que habían destinado a la capital de
España. Pero ya de muy pequeño regresamos a vivir a Xàtiva, una ciudad que
padecía una cierta diglosia, ya que entonces las familias educaban a sus hijos
en castellano en una especie de mecanismo de superación social. Esta costumbre
se fue corrigiendo paulatinamente y el valenciano comenzó a hablarse con toda
normalidad. Y yo, obviamente, no podía mantenerme al margen de ello. Me
considero un setabense más.
‘Dos metres quadrats de sang jove’ se centra en el mundo del periodismo,
un territorio que conoces muy bien, ¿hay mucho de ti en la novela?
Hay una base real de
circunstancias profesionales e incluso personales, obtenidas través de mi propia
observación. A partir de ahí, he trabajado y construido una ficción que
presenta muchas semejanzas con la situación real del periodismo actual, que
atraviesa un momento muy complicado. Es duro que un grupo de profesionales de
la información, sin trabajo, se tenga que buscar la vida en el mundo de
Internet y se dé cuenta de que su labor tiene valor cero en el mercado, a pesar
del enorme esfuerzo que realiza. Este estado de cosas es lo que yo he querido
reflejar en la novela.
Aunque parece pertenecer al género negro, esta novela no solo es eso,
¿no?
En mi escritura soy muy disperso
y en la novela abro muchos frentes: la cuestión política, el proceso de
maduración de una persona y otras perspectivas de las que no hablaré ahora para
no desvelar el final de la historia. Intento utilizar la novela negra como un mcguffin para tratar todos esos temas.
En ese sentido, el asesinato del periodista no es más que un pretexto que me
permite hablar del mundo del periodismo, que es lo que realmente me interesaba.
Para escribir novela
negra, ¿es necesario llevar una vida, digamos, agitada?
No, creo que es una cuestión de background, de ver cine, de lecturas, de
periodismo. Yo no soy un gran lector de la sección de sucesos pero alguna cosa
sí que me llega. A la hora de escribir una novela negra, Chandler aconsejaba tener
claros los procedimientos y yo me he interesado por conocerlos hasta un cierto
punto. El resto ha sido imaginación.
Sigamos con el género negro, ¿en qué situación se encuentra la novela
negra valenciana?
Si incluimos autores que escriben
en valenciano y en castellano, creo que hay una cierta producción. En la
colección donde yo publico, también participa Juli Alandes. Pero hay más gente
que escribe, como Esperanza Camps. Y si estiramos del hilo, las dos últimas
novelas de Rafael Chirbes, ‘Crematorio’ y ‘En la orilla’, también tienen
bastante de género negro.
¿Cómo surgió la idea de escribir ‘Dos metres quadrats de sang jove’?
A veces guardo una imagen en mi
mente que se refiere al final y desde ella tiro hacia atrás para reconstruir la
trama, pero no es el caso. Probablemente esta novela surgió de la idea de que
se pudiera producir un asesinato en un medio de comunicación digital. La visión
de un periodista degollado era muy potente y aproveché también la oportunidad de
recuperar a Feliu Oyono, un inspector de raza negra, que ya había aparecido en
otra novela mía anterior.
¿El inspector Oyono es un personaje al que le prevés un mayor
recorrido?
Feliu Oyono aparecía en un relato
y un libro anteriores míos. Este personaje, una especie de homenaje a Ferran Torrent,
surgió en una novela que era una gran broma, una obra bastante bandarra, que
luego fue premiada en los Premis d’Octubre. Sin embargo, tiempo después me
propusieron escribir un relato breve y, aprovechando su sentido cínico, se me
ocurrió volverlo a utilizar con lo que adquirió su propia dimensión. Aunque
podría convertirse en el protagonista de una serie, de momento todavía se
encuentra en proceso de formación a nivel de conocimiento del público. Los
personajes de otras novelas mías son mucho más conocidos que él entre mis
lectores.
‘Dos metres quadrats de sang jove’ arranca con una escena de sexo que
tiene precisamente como protagonista a Feliu Oyono, pero se le agua la fiesta.
Sí, pero en esa escena inicial no
me importa tanto el sexo, porque lo que intento
es ubicar la crisis del personaje. Por otro lado, el lector espera ir después a
un lugar y yo le llevo a otro bien distinto. Creo que empezar con sexo, sexo
fracasado además, es un buen comienzo para una novela negra.
Entonces y de modo definitivo, ¿tú calificarías la novela como perteneciente al género negro?
Bueno la dinámica del libro no es
exactamente la de una novela negra, sobre todo en la parte central. Creo que mi
forma de desvelar la información al lector es distinta a la de los autores
tradicionales del género. Quizá también debería haber matado a alguien más,
pero lo que en realidad me interesaba era contar la trama de corrupción
política. Hay que tener claro que no soy escritor de novela negra y he tratado
de llevar la narración a mi territorio para sorprender al lector.
Valencia es protagonista en ‘Dos metres quadrats de sang jove’, ¿hay
una intención reivindicativa por tu parte a la hora de escogerla como un
escenario de esta novela negra?
Emili Piera y Tonino Guitián
escribieron ‘Asesinato en el Palacio de las Artes’, en versión bilingüe, una
estupenda novela negra que se desarrolla en nuestra ciudad. Valencia es un
escenario magnífico para obras de este tipo y hacerla visible en estas páginas
es otra forma de reivindicarla y situarla en el escenario literario. Otra cosa distinta
es que, ahora mismo, concurran también circunstancias especiales, como las
tramas de corrupción, que la convierten en un lugar particularmente atractivo
para este género.
La novela incluye diálogos, monólogos, fragmentos de Internet, ¿estamos
ante un puzle que el lector debe reconstruir?
Mis novelas tienen un grado de
dificultad relativo, pero dentro de eso intento que el lector trabaje. Además,
mientras la escribía, necesitaba divertirme y tuve que buscar nuevos lenguajes
y estrategias, otras fórmulas. Utilizar Internet como una especie de diario me
servía mucho para mis propósitos y por ese mismo motivo los diálogos no están
acotados, solo lanzados. Un escritor no puede aburrirse cuando escribe una
novela, porque luego eso se nota en el relato.
Citabas antes Internet, ¿la red se ha convertido en una herramienta
fundamental en las investigaciones policiales?
Este libro está escrito antes de
leer ‘Les escopinades dels escarabats’, la última novela de Andreu Martín, un
autor que tiene mucha experiencia y cuida mucho los procedimientos policiales.
En esa obra, Andreu explica que hay un grupo especial de policías dedicado a rastrear
Internet. Yo me imaginaba que algo así ocurría y, además, como tratamos de un
asesinato acaecido en un medio digital, de manera intuitiva se me ocurrió que
la cosa debía funcionar de ese modo.
Extendiendo la idea a la ficción, ¿hoy es posible escribir una novela
en la que no aparezca Internet?
Mi novela anterior se centra en
un grupo de protagonistas jóvenes e Internet no aparece, es un protagonista
nulo. En realidad, es la propia historia la que te demanda la presencia o no de
Internet para jugar su papel. En las dos obras de Chirbes, que citaba antes,
tampoco está presente porque no hace falta, sin embargo, hay otras en las que dsempeña
un papel muy importante.
La última por hoy: ¿tienes ya en mente un nuevo proyecto?
Ahora mismo y después de haber
publicado tres novelas de manera encadenada, la idea que tengo es la de parar.
Llevo en mente un proyecto algo avanzado, muy personal, pero le voy a dedicar
poco tiempo, no tengo ninguna prisa. Creo que publicar novelas muy seguidas
provoca agotamiento porque no solo las escribes, también has de promocionarlas.
Por otro lado, como mi principal fuente de ingresos no es la literatura, puedo
permitirme ese lujo.
SOBRE XAVIER ALIAGA
Xavier Aliaga (Madrid, 1970), es
periodista y escritor. Ha sido director de semanario, redactor, columnista,
tertuliano de radio y televisión, comunicación política y cultural, guionista y
algunas cosas más. Actualmente es EL responsable de Cultura del semanario El
Temps. Ha publicado hasta la fecha cuatro novelas: ‘Si no ho dic rebente’, ‘Els
neons de Sodoma’, ‘Vides desafinades’ (Premio de la Crítica 2011) y ‘El menú
nom no és Irina’.