Su nombre completo es Jeffrey Patrick Kinney, aunque se le
conoce más como Jeff Kinney. Hace un par de semanas visitó Madrid, Barcelona y
Valencia para contactar con una parte de sus millones de seguidores. En su estancia
en la capital del Turia, pude hablar con él durante unos minutos, a primera
hora de la mañana, recién levantado y desayunado. Jeff está casado y tiene de
dos niños de 9 y 11 años a los que les encanta el trabajo de su padre. Desde muy
joven intentó vivir de los cómics, aunque resultó ser más complicado de lo
previsto. “Mi primera meta fue ser
dibujante, pero este sueño me duró tres años, tres años de cartas rechazadas
por los editores a los que enviaba mis trabajos. Así que decidí olvidarme del
humorismo gráfico y fusioné mis dibujos con la escritura”. Al principio, Jeff
se conformaba con que su producto estuviera bien terminado y que fuera del agrado
de su familia, por eso ahora se sorprende al ver que ha llegado a un público
tan numeroso. El éxito ha cambiado su forma de vivir. “Me parece curioso y cómico a la vez. Es como si tuviera dos vidas
distintas. En una, vivo en una pequeña ciudad de Massachusetts, donde llevo una
existencia apacible y nadie se mete conmigo; en la otra, me sumerjo en un mundo
en el que me siento como una estrella”. Para preparar sus libros, Kinney
necesita apartarse del mundanal ruido. “Me
resulta muy difícil escribir si no estoy aislado, sobre todo cuando hago
chistes y bromas. Y como tengo un trabajo a tiempo completo, lo hago de noche y
durante los fines de semana”.
El punto de partida de su fulgurante carrera -antes Jeff se desempeñaba como
informático-, lo marca la aparición en su vida de un tipo llamado Greg
Heffley, un joven de doce años, que baila en la permeable y delicada frontera
que separa y une la infancia y la adolescencia. “Quería crear un personaje que pareciese haber sido dibujado por un
niño. Y para ello necesitaba utilizar el menor número de líneas posible”.
Esa simplicidad de trazo, es lo que en el lenguaje del cómic se conoce como la
línea plana. “Me gustaban los cómics de
este estilo y los devoraba de pequeño, aunque los textos que los acompañasen no
estuvieran bien escritos. Además, el trazo sencillo favorece muchísimo mi
trabajo en el ordenador”. Greg es el segundo de una familia de tres
hermanos, el mayor se llama Rodrick y el pequeño Manny, y tiene todos los tics
de los niños que ocupan el centro de la estela familiar. “Es tan prototípico que incluso cursa los estudios intermedios dentro
del ciclo educativo norteamericano”. Estados Unidos es un país con una
enorme tradición de dibujantes de cómic y por momentos, ‘El Diario de Greg’
remite a los Peanuts del genial Charles Schulz. “Solía pensar que sí que estaba influenciado por los Peanuts, pero me he
dado cuenta de que no soy el único, porque en muchos artistas posteriores se
nota la influencia de Schulz. Además el dibujante cuya presencia percibo más en
mi obra es Gary Larson, al que he leído mucho. Ignoro si es muy conocido o no en
España”.
Jeff Kinney se tomó su tiempo para desarrollar el perfil de
Greg Heffley. “Estuve cuatro años
explorando mi infancia y tratando de recordar cómo era yo entonces, de capturar
la mayor parte de datos de aquellos años y recuperar todas mis conductas de
entonces. De hecho, los diarios son como una ventana a través de la cual me
asomo al pasado”. Antes de lanzarse a escribirlos hizo un ensayo. “Cuando tenía veinte años, escribí un diario,
que en cierta manera me ha servido como prueba para todo lo que ha venido
después”. A pesar de lo anterior, Jeff Kinney considera que sus historietas
no son completamente autobiográficas. “En
casi todos los episodios que aparecen en El Diario hay algo de verdad y algo de
mi infancia, pero yo no las calificaría como autobiográficas porque he
introducido en ellas muchos elementos de ficción”. Una peculiaridad de la
serie es que está basada en la realidad pero no en hechos reales concretos sino
en valores universales. “Cuando comencé a
escribir El Diario, deseaba que sus contenidos fuesen permanentes, que no
estuvieran unidos a ninguna referencia personal. Más adelante vi que también
tenía que evitar alusiones a ningún espacio físico concreto, porque lo que
pretendía es que lo que hago se entienda en cualquier parte del mundo. ‘El
Diario de Greg’ es más bien un viaje existencial”.
Hasta ahora, la serie de Greg consta de siete volúmenes
publicados en España: ‘Un pringao total’; ‘La ley de Rodrick’; ‘¡Esto es el
colmo!’; ‘Días de perros’; ‘La cruda realidad’; ‘¡Atrapados en la nieve!’; y
‘Buscando plan…’. Pero, Jeff Kinney ya tiene en mente futuros proyectos. “Creo que intentaré escribir otra colección
de libros, aunque no sé si funcionará tan bien como esta, y utilizaré esta
misma fórmula de mezclar dibujos y texto, porque mis imágenes y mis escritos
son inseparables, son mi estilo”.
SOBRE JEFF KINNEY
Jeff Kinney, nacido en 1979 en Maryland, Estados Unidos, siempre quiso ser dibujante de cómics. Tras ganarse la vida en otros menesteres (diseñador de un periódico y programador informático) y después de seis años de trabajo consiguió publicar ‘El Diario de Greg’, cuya versión on line hasta el día de hoy ha recibido más de ochenta millones de visitas. A partir de 2006 vieron la luz las aventuras de Greg en formato libro, que en España edita RBA, y rápidamente alcanzaron los primeros puestos de las listas de ventas. Actualmente Kinney se dedica al diseño y desarrollo de juegos online y reside en Plainville, Massachussetts.