En Valladolid y a las
puertas de la casa de Miguel Cervantes ha aparecido el cadáver del hidalgo
Gaspar de Ezpeleta, al que han apuñalado. Una vecina beata acusa al escritor y
a sus alegres hermanas, las Cervantas, de estar implicados en el asunto y
acaban encarcelados. La duquesa de Arjona, gran admiradora del escritor,
requiere los servicios de la joven Dorotea de Osuna para que acuda a Valladolid
e investigue el caso, conocedora de sus habilidades en este campo. A través de
su indagación, asistiremos a un auténtico retrato de la España del Siglo de
Oro, un país cansado por las guerras, lleno de vagos y tipos improductivos,
nobles, clérigos, pícaros, maleantes, busconas, rufianes a sueldo y veteranos
de las guerras, en suma, lo mejor de cada casa. Con todos estos elementos y
alicientes, que no son pocos, Juan Eslava Galán ha armado una novela,
‘Misterioso asesinato en casa de Cervantes’, editada por Espasa, por la que
acaba de ser galardonado con el Premio Primavera de Novela 2015.
Además de felicitarle por el
premio, parece oportuno empezar la entrevista preguntándole a Juan Eslava Galán
si Cervantes se ha convertido en su talismán literario, o viceversa, ya que con
dos novelas suyas, la presente y ‘El comedido hidalgo’, cuyo protagonista es
Don Miguel, ha obtenido sendos premios y, además, de los importantes. “Cervantes me trae muchísima suerte – afirma
–, pero a él le debo algo más porque yo
aprendí a leer con El Quijote. Cuando era pequeño, en las escuelas andaluzas el
único libro que había era el suyo y todos los días nos lo pasábamos y cada uno
leía el párrafo que le correspondía. Yo,
además, intento que Cervantes me enseñe a escribir”. Esa fidelidad de
Eslava Galán hacia el de Alcalá de Henares ha de tener alguna clave oculta,
algo le lleva hacia él y su universo desde siempre. “Ahora, en mi madurez, de Cervantes me atrae toda la densidad
estilística y también filosófica que encuentro sobre todo en la segunda parte
del libro. El Quijote lo lees a lo largo de las distintas etapas de tu vida y
siempre descubres algo nuevo, quizá porque el otro ingrediente de la lectura,
que es uno mismo, también va creciendo. De todos modos es una obra que picoteo
continuamente, es mi libro de cabecera”. Siendo un escritor tan importante
en nuestro país, no se fomenta adecuadamente el acercamiento de los jóvenes al
Quijote. “En general, los planes de
estudio están mal encauzados. A un chico de catorce años no se le puede meter
de cabeza en ‘La Celestina’, hay que introducirlo en la lectura a través de
otro tipo de literatura, de vampiros, de aventuras o de lo que sea, para
conseguir interesarlo. Con el sistema que se emplea actualmente, lo único que
conseguimos es todo lo contrario: vacunarle para que no lea nunca”.
La figura de Cervantes
parece eclipsada por su faceta escritora. Su vida fue muy rica en
acontecimientos y, sin embargo, apenas sabemos nada de su carácter. “Cervantes fue un hombre desventurado,
autodidacta, que tuvo que aprender el oficio de novelar en Italia, a donde tuvo
que huir tras un asunto de armas y donde entró en contacto con la gran cultura.
Su aprendizaje fue el ideal para todo novelista: por un lado leído y por otro
vivido. Fue soldado y luchó en la batalla de Lepanto; lo apresaron los piratas
y permaneció cautivo durante cinco años en Argel; se ganó la vida como
comisario de la Armada; fue cobrador de impuestos y llevó una vida intensísima,
propia de un hombre fracasado, pero que entró en contacto con todos los
esquemas sociales del momento. Estoy convencido de que ni él mismo se daba
cuenta de lo que había vivido”. Desde este punto de vista, Cervantes se
presenta entonces como una fuente inagotable de recursos para novelar.”Sin duda que lo es y no me explico cómo, con
tantas series que se hacen últimamente en televisión, ninguna trata sobre él”.
‘Misterioso asesinato en
casa de Cervantes’ está basado en un hecho real, real y documentado. “Igual que todos los aficionados a Cervantes,
sabía que había estado en la cárcel como sospechoso de un asesinato, pero hace
un par de años cayó en mis manos el proceso completo de Gaspar de Ezpeleta. Al
leerlo, además de constatar que estaba escrito en el típico castellano jurídico
de entonces, vi que de allí salía una novela negra que trataría de una época en
que la corte se había empobrecido de modo considerable”. Eslava Galán, por
tanto, se ha decantado por el género negro para escribir un retrato con crimen
del siglo XVII español. “Efectivamente
esta novela también es un retrato de época, teniendo en cuenta que yo soy muy
cuidadoso en estos aspectos y aprovecho mis trabajos previos sobre un momento
histórico que tengo muy estudiado”. Y para narrar, para contar esta
historia, ha utilizado castellano antiguo ma
non troppo, de este modo evita el desasosiego del lector. “He procurado utilizar castellano viejo
dentro de un límite. En la anterior novela ‘El comedido hidalgo’ entré más a
fondo en esta cuestión, pero como ahora parece que somos más cómodos y necesitamos
que todo nos lo den más fácil, he utilizado un lenguaje más diluido”. Algo
que llama la atención es que el escritor jienense ha recuperado significados de
algunas palabras que habían quedado ya en el olvido. “Parto de la base de que en la época de Cervantes el castellano ha
alcanzado su plena madurez. Desde entonces ha ido evolucionando y ahora, por
mor de la publicidad, lo hemos descafeinado y lo utilizamos mal. Digamos que ha
ido perdiendo sustancia y a mí me encanta el castellano de entonces porque
tenía sustancia”.
La novela se desarrolla en
Valladolid que, durante los años 1601 a
1606, fue la capital de España. La ciudad tenía cerca de sesenta mil
habitantes, la cuarta parte de los cuales se decía que eran mendigos y otro
cuarto gentes sin oficio claro. “Valladolid
fue el primer pelotazo urbanístico bueno de la Historia de España – explica
Juan Eslava -. El Duque de Lerma, válido
de Felipe III, un pipiolo de dieciocho años que se dejaba manejar, había
comprado a muy buen precio muchos terrenos allí e hizo trasladar la corte para
venderlos a los nobles que precisaban adquirir palacios para estar cerca del
rey. En 1606 la corte regresó a Madrid y se produjo un segundo pelotazo. Cuando
Lerma cayó en desgracia, hizo que le
nombraran cardenal, con lo cual gozaba de inmunidad eclesial para eludir la
acción de la justicia. “El mayor ladrón de España, por no morir ahorcado, se
vistió de colorado”, decían unos versos que entonces se hicieron muy famosos”.
Cervantes y sus hermanas también vivían
en la capital del Pisuerga. “El Cervantes
que encontramos en Valladolid es un hombre ya viejo, que vive de los corretajes
y que acaba de publicar la primera parte del Quijote, que no le ha reportado
suficientes ganancias. Sus hermanas eran modistas y vivían donde la corte,
porque allí era donde tenían su negocio. Cuando la capital regresó a Madrid,
volvió también toda la familia”.
La protagonista de la novela
es Dorotea de Osuna, de oficio pesquisidora, de ahí deriva sin duda la palabra
pesquisa tan conocida en ámbitos detectivescos. Resulta al menos curioso que
una mujer, vestida de hombre, sea la protagonista de una novela policial enclavada
en el siglo XVII. “Dorotea es un
personaje de la primera parte del Quijote, donde ya aparece vestida de hombre. Don
Quijote se la encuentra en Sierra Morena mientras va en busca de su amante. La
figura femenina con ropas masculinas era muy frecuente en el teatro de entonces
y también en la vida real. Algunas mujeres echadas para adelante utilizaban
este recurso para evitar el papel segundón que les atribuía la sociedad. Se
pensaba entonces que la instrucción y la lectura de libros llevaba a los
hombres al brasero, es decir, a la hoguera, y a las mujeres, a la casa llana, o
sea, a prostituirse. Se procuraba que cuantas menos cosas supiera la mujer,
mucho mejor. Con su marido y ocupándose de la casa, tenía suficiente”.
“Cuando caes en manos de escribanos y jueces puedes darte por perdida,
porque aún sabiéndote inocente entretendrán el pleito hasta arruinarte la
hacienda y la fama. De eso viven”. El párrafo pertenece a la página 21 de ‘Misterioso
asesinato en casa de Cervantes’ y de él deducimos que los españoles de entonces
no tenían un concepto muy bueno de la justicia. “Si lo comparamos con situaciones actuales no hemos evolucionado mucho,
el paralelismo es evidente”, señala Juan Eslava Galán que, antes de
despedirse, comenta su próximo proyecto. “Estoy
preparando un nuevo libro, que aparecerá dentro de dos años porque conlleva un
trabajo muy laborioso. Tendrá por título ‘De los presos políticos a los
políticos presos’. Como se ve en seguida – sonríe – resulta
muy fácil deducir de qué va el asunto”. Un escritor tan prolífico como él,
y tan diversificado, nunca puede tener en reposo mucho tiempo su estilográfica.
Afortunadamente.
SOBRE JUAN ESLAVA GALÁN
Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1947) es doctor en Letras. Entre sus ensayos destacan ‘Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie’, ‘Los años del miedo’, ‘El catolicismo explicado a las ovejas’, ‘Historia de España contada para escépticos’, ‘De la alpargata al seiscientos’, ‘Homo erectus’, ‘La década que nos dejó sin aliento’, ‘Historia del mundo contada para escépticos’, ‘La primera guerra mundial contada para escépticos’, ‘Cocina sin tonterías’ (junto con su hija Diana), y recientemente ‘La segunda guerra mundial contada para escépticos’. Es también autor de las novelas ‘En busca del unicornio’ (Premio Planeta 1987), ‘El comedido hidalgo’ (Premio Ateneo de Sevilla 1991), ‘Señorita’ (Premio de Novela Fernando Lara, 1998), ‘La mula’, ‘Rey lobo’ y ‘Últimas pasiones del caballero Almafiera’.
385