‘Giordano Bruno… espíritu infinito y libre’, publicado por
Ediciones Isthar Luna-Sol, es el resultado de casi dos décadas de investigaciones
llevadas a cabo por Marícarmen Olázar y Félix Arenas, a través de las cuales y
utilizando los archivos secretos del Vaticano, han logrado trazar una más que
atractiva biografía, completa y pormenorizada, de este peculiar dominico,
nacido en Nola (Italia), el 30 de marzo de 1548, que defendía que el sol era
solo una estrella y que el universo era infinito, cuyos días acabaron en la
hoguera del Santo Oficio cuarenta y dos años después. En el restaurante
Lotelito de Valencia tuvo lugar la conversación con Marícarmen y Félix, en la
sobremesa de un viernes prematuramente caluroso.
La primera cuestión que surge es que, días atrás, la prensa
ha publicado una noticia donde informa que actualmente todavía el veintisiete
por ciento de los españoles creen que el sol gira alrededor de la Tierra. “La verdad es que resulta sorprendente –
dice Félix –, vamos hacia atrás en el
tiempo, en lugar de evolucionar, retrocedemos”. La noticia, sin duda, es
llamativa, pero el problema quizá radique en las causas, en saber de dónde
procede este dato. “Me preocupa la última
encuesta que ha aparecido, relativa a los conocimientos matemáticos entre
jóvenes de quince y dieciséis años, que revela su desconocimiento total de esta
materia. El nivel educativo está bajando y lleno de precariedades. Desde muy
pequeños, los niños viven demasiado conectados a los móviles y olvidan los
conocimientos fundamentales, que nos permiten conocer el mundo que habitamos”.
En una obra tan minuciosa como este ‘Giordano Bruno… espíritu
infinito y libre’ uno de los aspectos que destacan con mayor fuerza es su
proceso creativo: investigación, documentación, escritura… “Afrontamos este asunto sin ninguna pretensión
previa. Hemos leído e investigado los documentos que extrajimos del Archivo
Secreto del Vaticano y nos quedamos fascinados por el personaje. La
investigación, además, nos ha permitido conocer el Renacimiento y darnos cuenta
de la gran capacidad que poseía Giordano Bruno. No hemos aportado nada de
nuestra cosecha, nos limitamos a reflejar el estado de las cosas con la mayor
fidelidad posible a las fuentes utilizadas, eso sí, mostramos determinados
aspectos que no eran conocidos hasta hoy”. Marícarmen apostilla que “al inicio de nuestro trabajo solo pensábamos
en nosotros, queríamos conocer a Bruno especialmente por su lado más humano.
Pero después nos dimos cuenta que habíamos accedido a una versión de la vida de
Bruno muy documentada, extensa y profunda. Fue entonces cuando se nos ocurrió
la idea de publicar el libro”.
Tanto para Maríacarmen como para Félix, Giordano Bruno era
casi un desconocido. “A priori, no le
conocíamos – reconoce Maricarmen –,
empezamos a escribir sobre él hacia el
año 2000, pero sin percibir ninguna sensación especial, como un ensayo
literario. Al profundizar en la investigación, cada vez nos sorprendíamos más.
Recuerdo que al acabar nos miramos y dijimos: ya está, lo hemos investigado
todo. Y justo en ese momento sobrevino la fascinación, al tiempo que nos
embargaba una enorme pena, porque habíamos pasado muchos años trabajando sobre él”.
El libro contiene información muy valiosa, procedente de Roma, de Nápoles, de
Venecia, de archivos ducales, fragmentos de las reuniones en la corte de
Enrique III, donde conoció a Catalina de Médicis y de su estancia en la
Inglaterra de Isabel I. “Ahí fue cuando vimos
que en las cortes había escribas que tomaban nota de cuanto allí se decía y lo
fuimos incorporando a la investigación. Paralelamente a este estudio, poseíamos
mucha información sobre la historia de la religión y eso nos permitía conocer
el porqué de muchos temas, que nos íbamos encontrando en nuestro trabajo.
Pensamos en Servet o en Calvino y en la Inquisición Española y nos preguntamos
cómo una religión como la nuestra fue capaz de cometer aquellas barbaridades.
Puede parecer un alegato contra la Iglesia Católica, pero no es así. Respetamos
todo y solo hemos tratado de ubicar cada cosa dentro de su contexto. Nuestra
aportación consiste sobre todo en sacar a la luz los aspectos humanos de Bruno”.
Una de las singularidades de ‘Giordano Bruno… espíritu
infinito y libre’ proviene de la utilización de abundantes diálogos durante la
escritura, lo que le confiere un cierto aire novelesco y acentúa el dinamismo de
la obra. “Los diálogos corresponden a los
documentos que recogen las conversaciones de Giordano Bruno con Enrique III y
Catalina de Medicis. Es verdad que parece una novela, pero no es así, es puro
rigor histórico”, señala Félix. “Lo
hemos enfocado de este modo utilizando, además, un lenguaje sencillo para
facilitar la lectura, pero no hay ningún argumento literario, no contiene
ficción en absoluto”.
Félix resalta la importancia de Bruno en toda Europa. “Él era fraile. Había estudiado en el Colegio
Dominico Maggiore de Nápoles y acabó siendo tan conocido que todas las cortes
europeas deseaban disfrutar de su presencia y de sus conocimientos. En Francia
le dieron una cátedra en La Sorbona y le llamaban para pedirle consejo sobre
gran cantidad de áreas. Escribió obras importantes, que no han desaparecido a
pesar de los intentos de la Iglesia, porque hubo gente que, a riesgo de su
propia vida, las conservó y ahora han salido a la luz. Con su muerte, la
Iglesia Católica quiso dar un aviso a los herejes, extremándose en la sutileza
y sufrimiento de su quema, con mordaza, ramas, verdes y secas, y la lengua
clavada al paladar”. Abundando en
este mismo asunto, Maricarmen señala que “no
fue castigado por ser dominico, es más, tal vez por eso tuvo el beneficio de tener
un buen juicio, o lo que para ellos era un buen juicio. Para la Iglesia, por un
lado, Giordano era un personaje muy admirado, un sabio, pero también era un
hombre incómodo, porque era capaz de mover multitudes y eso significaba siempre
un peligro. Además, ya le habían excomulgado mucho tiempo antes. Lo ejecutaron
en día festivo y al hacerlo la Iglesia sabía que podía tener en contra a todas
las monarquías europeas, lo que les frenaba un poco. Tal vez, si hubiera pedido
perdón, Bruno no hubiera sido ejecutado, pero prefirió morir con sus
convicciones, como un filósofo, antes que renegar de ellas”. Precisamente,
el fiscal acusador fue Roberto Belarmino, quien también intervino en el proceso
contra Galileo. “Fueron procesos
independientes – apunta Félix -. Sin
duda el ensayo lo hicieron con Giordano Bruno, pero más que un ensayo yo diría
que aquello fue saña. En aquel tiempo la Iglesia sostenía que la tierra era
plana, lo consideraban como dogma de fe y opinar lo contrario y poseer
conocimientos de cosmología era un inconveniente”. Es posible que los
motivos auténticos que le llevaron a la hoguera haya que buscarlos en su fama,
en su reconocimiento internacional. “La
fama de Bruno era un inconveniente incluso mientras estaba en Inglaterra.
Además publicaba libros en el extranjero, en la tierra de Lutero y Calvino, y
todo eso le movía el cuerpo a Roma. El juicio, que reproducimos en buena parte
en nuestro libro, deja clara la belleza de sus respuestas y la intención de la
Inquisición de escarmentarlo y borrar su vida, su obra y su conocimiento.
Precisamente hemos publicado el libro porque su figura es muy conocida en
Europa, pero no en España, donde nadie sabe quién es”.
Retrato de Giordano Bruno |
Quizá la mejor forma de rematar la entrevista sea reproducir
aquí algunas de las últimas frases pronunciadas por Bruno tras conocer su
sentencia. El lector las puede encontrar, íntegras, en la página 406 del libro:
“Yo sé que me condena vuestra gran
demencia. ¿Por qué? Porque busqué la luz de la verdad. No en vuestra falsa
ciencia, que el pensamiento abruma con dogmas y con mitos robados a otra edad,
sino en el libro eterno del Universo mundo, basado en la justicia, fundado en
la razón”.
SOBRE MARICARMEN OLÁZAR Y FÉLIX ARENAS
Maricarmen Olázar Benguría, natural de Bilbao, casada, madre y apasionada de los viajes abiertos al aprendizaje y desarrollo interior, ha dedicado infinidad de horas de estudio a la religión, en la búsqueda de sus raíces humanas, y de una reevaluación de la fe, que diera respuesta a las tremendas y múltiples contradicciones que ha ido encontrando en el cristianismo. Es coautora del libro ‘La verdad sobre las piedras de Ica’.
Félix Arenas, nacido en España, es padre y licenciado en Económicas, ha sido director de marketing, presidente de un grupo de empresas, investigador geológico, arqueológico y médico y terapeuta clínico. Investigador metódico y riguroso es también coautor del libro ‘La verdad sobre las piedras de Ica’.
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