Cada año, la tarde del
primer sábado en la Fira del Llibre de València es un día diferente. El gentío,
que se agolpa alrededor de las casetas del Paseo Antonio Machado de los Viveros
Municipales, es mucho mayor que el de los días laborables y nunca falta, como
telón de fondo, el ruido del helicóptero de la Policía Nacional que pasa la
tarde arañando el cielo de la ciudad para controlar la tradicional
manifestación nacionalista, que conmemora el día de la batalla de Almansa, acaecida
el 25 de abril de 1707. Libros y aspas de helicóptero no riman excesivamente
bien, pero se soportan. En este escenario y al acabar al acto de la
presentación de su nueva novela, ‘El peso del corazón’, editada por Seix
Barral, fue cuando pude abordar a Rosa Montero. La escritora madrileña se
mostraba alegre por estar en la Fira de València 2015. “Una feria del libro es algo maravilloso, me encanta, es el único
momento donde puedes ver al público que te lee. Si el lector no existiera, el
escritor sería un fracasado, su trabajo carecería de sentido y no serviría para
nada. Hablar con un lector desconocido produce un efecto interior beneficioso,
es como si te pusieran pilas nuevas”.
En ‘El peso del corazón’
Rosa Montero recupera a Bruna Husky, la detective replicante, al más puro estilo
Philip K. Dick, que se enfrenta ahora a una trama de corrupción internacional.
En un futuro en el que la guerra está supuestamente erradicada, Bruna lucha
contrarreloj por la libertad y en defensa de la vida, mientras asimila los sentimientos
contradictorios que le produce hacerse cargo de una niña pequeña. “Dick es un escritor maravilloso, pero lo que
más me atrae es su idea del replicante, una criatura que, como muere pronto, no
puede olvidar su condición de mortal y que dispone de una memoria artificial.
Esta idea es algo muy vivo, es como un mito contemporáneo, que me permite
trabajar sobre mis dos obsesiones literarias: la muerte y la memoria como
construcción imaginaria”.
Todos tememos la muerte, la
vemos inevitable, es lo único que tenemos seguro al final del camino, sin
embargo, no estamos preparados para convivir con esa idea. “No nos enseñan a morir, ni a vivir con el
peso de la muerte, ni a soportar la muerte de los demás. Nos pasamos el tiempo
proyectándonos en nuestro futuro, pensando lo que haremos mañana. Creo que hace
falta llegar a un acuerdo con la idea de la muerte. Para mí el personaje de Bruna
Husky representa la tragedia del ser humano, que llega al mundo cargado de
deseos de vida y que tropieza con la sobrecarga de la muerte. En ‘El peso del
corazón,’ creo que Bruna aprende a ser menos infeliz”, afirma la escritora
madrileña. La protagonista sabe que, como replicante, está programada para
vivir diez años y vive pendiente del tiempo que le resta en este mundo. “Conocer su fecha de caducidad, por llamarla
así, produce mucho estrés, pero así vive la pobre Bruna que para soportar esta
situación ha de acudir a un psicoguía y, lo que es peor, a un sobón, que es otro
tipo de terapeuta, un terapeuta táctil. Yo también siendo muy cercana la muerte
y durante muchos años, para tranquilizarme, doblaba mi edad y comprobaba el
tiempo que me quedaba. Pero ahora, pasados los sesenta, ya no lo hago”.
La ciencia ficción por la
que sin lugar a dudas se rige ‘El peso del corazón’ le sirve a Rosa Montero para
tratar los temas que siempre le han preocupado. “Para mí la Ciencia Ficción es una herramienta metafórica muy poderosa,
que me permite tratar la condición humana, que es la misma a lo largo del
tiempo. Escribí otra novela, ‘Historia del rey transparente’, que se desarrolla
en el siglo XII y que también la utilicé para lo mismo”. Al leer la novela
nos enteramos que los fabricantes de replicantes han adoptado medidas para
evitar su deterioro prematuro y asegurar los diez años de servicios
ininterrumpidos. “Sí, los replicantes
llevan implantado un chip en su interior que les impide suicidarse. Descubrí
este extremo mientras escribía la novela, antes no lo había pensado, pero tiene
todo el sentido que así sea”.
El mundo que habita Bruna
Husky se enmarca dentro del materialismo más extremo. Se pagan impuestos por
todo y las diferencias sociales se han acentuado mucho. “Es la tendencia que vivimos ahora también, pero en la novela encontramos
que hay personas que luchan contra ello y así consiguieron que el Tribunal
Constitucional invalidara el impuesto por el aire, con el consiguiente enfado
de las empresas medioambientales”, dice Rosa Montero. Este mundo de
contrastes, de injusticias, nos lleva a cuestionarnos si la idea de progreso
que manejamos actualmente es la correcta. “Bueno,
lo primero que hay que tener claro es que el progreso no es inevitable y que si
dejamos de empujar hacia delante podemos perder todo lo conseguido. El progreso,
aunque muy pequeño, yo lo veo en otras cosas. Por ejemplo, la gente que venía
al mundo hasta el siglo XVIII concebía como normal que, a lo largo de su vida,
la torturaran alguna vez. Afortunadamente desde entonces ya no es así, aunque
se siga practicando la tortura”.
Para acabar, Rosa Montero habló
sobre la memoria, otro de sus temas obsesivos como la muerte. “La memoria es como un cuento, un invento,
que utilizamos para dar sentido a nuestra vida. Nos pasamos la vida
construyendo nuestra memoria y nuestra identidad”. ¿España es un país
desmemoriado? “No especialmente
desmemoriado. Pasa en todas partes. Los franceses, sin ir más lejos, no quieren
recordar que fueron colaboracionistas con los alemanes durante la ocupación
nazi. Afortunadamente estamos en una democracia, donde hay gente que puede
contar esas historias que permanecen ocultas”.
SOBRE ROSA MONTERO
Rosa Montero nació en Madrid. Estudió Periodismo y Psicología. Es autora de las novelas ‘Crónica del desamor’, ‘La función Delta’, ‘Te trataré como a una reina’, ‘Amado amo’, ‘Temblor’, ‘Bella y oscura’, ‘La hija del caníbal’, ‘El corazón del Tártaro’, ‘La loca de la casa’ (Premio Qué Leer y Premio Grinzane Cavour), ‘Historia del Rey Transparente’ (Premio Qué Leer), ‘Instrucciones para salvar el mundo’, ‘Lágrimas en la lluvia’ y ‘La ridícula idea de no volver a verte’. También ha publicado el volumen de relatos ‘Amantes y enemigos’, varias obras relacionadas con el periodismo y de algunos libros infantiles como ‘El nido de los sueños’ y la serie protagonizada por Bárbara. Como periodista ha sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo, el Rodríguez Santamaría y el Premio de Periodismo El Mundo. Es colaboradora habitual del diario El País.
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